martes, diciembre 3, 2024
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Será ley más temprano que tarde

(Cobertura Colaborativa #8A) La jornada del 8 de agosto dejó algunas certezas. La principal: el aborto legal, seguro y gratuito será ley más temprano que tarde.

Después de mucho tiempo el Congreso Nacional tenía la oportunidad de dar una señal política clara de cara a la sociedad. Los senadores y senadoras que votaron hoy en la Cámara alta no quedarán en la historia. Sólo recordaremos que fueron quienes demoraron un poco más una ley que saca a las personas gestantes de la clandestinidad.

Sin embargo, el movimiento feminista está cambiándolo todo. Llegó para cuestionar las plazas, las calles, las camas. Y para poner sobre la mesa los abortos que se realizaron, se realizan y se realizarán. Porque quien no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país, como dijo Rodolfo Walsh, “es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”.

Distintas organizaciones, como la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, Socorristas en Red y otras, realizan acciones desde hace más de cuarenta años para contener y garantizar -casi sin recursos- que la decisión de las mujeres y personas gestantes se lleve a cabo en las condiciones de menor vulnerabilidad posible, garantizando la vida y la integridad tanto física como mental.

Demorar la ley demostrará que el supuesto argumento de “salvar las dos vidas” es una falacia. Quienes se embanderan bajo esa consigna no realizan acciones concretas por ninguna vida: no realizan acompañamiento durante el embarazo, no velan por garantizar los derechos: ni de las personas gestantes, ni de les niñes, así como tampoco evitan las muertes por abortos clandestinos. Los senadores que votaron contra la interrupción voluntaria del embarazo no salvarán ninguna vida, sino que condenarán a las personas gestantes a la clandestinidad. No hay acción ni argumento que pueda torcer el rumbo de una mujer que decide no gestar.

Más temprano que tarde recordaremos de manera anecdótica -como sucedió, por ejemplo, con la ley del Matrimonio Igualitario- las frases más desafortunadas de este momento histórico, al punto de relativizar la violencia con la que es ejercida una violación.

La ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es un derecho y expresa una realidad. Es el camino para que las personas gestantes puedan decidir sobre sus cuerpos, seguras de sus elecciones y sin condicionamientos morales ni de doctrina religiosa. Y así deconstruir culpas y prejuicios. Esta ley debe salir del closet para perder la vergüenza de abortar y decidir. Es imprescindible la aceptación que implica la legalidad, para que las futuras generaciones lo sepan: el feminismo les asegura una sociedad que les permita elegir. Ser madre o no es una decisión que nadie puede tomar por nosotras.

Como ya aprendimos a decir: “Las increíbles Hulk de Argentina no tienen sobredosis de músculo, tienen brillantina contra la invisibilización histórica del machismo”.

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