El ministro de Defensa, Oscar Aguad, comparecerá hoy ante la Comisión Bicameral del Congreso que investiga lo ocurrido con el submarino ARA San Juan, y sus respuestas abren una enorme expectativa respecto del papel que el Gobierno ha asumido tras cinco meses de la desaparición del buque con 44 tripulantes a bordo en los que la información oficial ha sumado imprecisiones, desmentidos y hasta evidentes errores que dieron lugar a sospechas sobre ocultamiento de datos clave.
A Aguad, denunciado penalmente por abandono de persona, incumplimiento de los deberes de funcionario público y traición a la Patria por Luis Tagliapietra, padre de uno de los tripulantes del submarino, el panorama se le oscureció más la semana pasada con la declaración del ex jefe de la Armada Marcelo Srur, quien acusó al ministro de haberlo apartado de la fuerza en diciembre pasado para evitar una investigación a fondo sobre la suerte del ARA San Juan.
Ante la jueza de Caleta Olivia Marta Yáñez, que lleva la causa federal por la desaparición del buque, Srur calificó de “irresponsable” a la comisión de expertos designada por el Ministerio de Defensa para investigar lo ocurrido: en particular criticó el borrador de informe que preparó esa comisión e hizo público el diario La Nación, en el que se aseguraba que la nave había quedado fuera de control tras una explosión en las baterías por acumulación de hidrógeno y que los tripulantes tuvieron una larga agonía hasta que se produjo la implosión por la excesiva presión del agua a profundidades para las que el submarino no estaba preparado.
Pero no serán las únicas aclaraciones que deberá hacer Aguad ante la Bicameral: el informe por escrito que el mes pasado entregó ante la Cámara de Diputados el jefe de Gabinete, Marcos Peña, elaborado por el Ministerio de Defensa, presentó una hoja de ruta que seguiría el ARA San Juan con una serie de tachaduras y correcciones de las cuales se desprende que el submarino podría haber navegado aguas cercanas a las Islas Malvinas, dentro de la zona de exclusión impuesta por el Reino Unido.
Aunque los expertos coinciden en que esa hoja de ruta no resulta verosímil, la Red Federal de Investigación ARA San Juan (integrada por peritos navales, especialistas en incidentes marinos y familiares de los 44 tripulantes) ha señalado que la explosión detectada por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, el organismo internacional con sede en Austria que brindó el dato sobre el que se apoya toda la información oficial sobre el destino del submarino) “es perfectamente compatible con la detonación de un misil MK 54 (torpedo para guerra antisubmarina de fabricación estadounidense)”.
Así se lo reveló Mariano Pi, coordinador de la Red, al programa “Contala como quieras” el mes pasado. En esa entrevista Pi también descartó que la explosión hidroacústica detectada por la CTBTO se hubiera podido producir por una falla interna de la nave.
“La última comunicación dice que el submarino estuvo horas haciendo snorkel (navegación a 18 metros de la superficie), es decir liberando gases (dióxido de carbono, hidrógeno) y renovando el aire de la nave. Esto quiere decir que no había concentración de hidrógeno, que podría generar la explosión. Los niveles de hidrógeno, dióxido de carbono y oxígeno tienen sensores, y son seguidos minuto a minuto: no hubo ningún alerta de los sistemas de detección de la composición de gases dentro de la atmósfera del submarino. No hay ningún indicio que asocie una falla interna con una explosión”, aseguró Pi.
Además de la investigación sobre la desaparición del buque y de las razones por las que el Gobierno abandonó su búsqueda, Aguad deberá responder por las denuncias de muchos familiares de los tripulantes del ARA San Juan, que acusan a la Armada y al oficialismo en general de haberlos dejado sin apoyo y hasta desprotegidos de cobertura social.