La sanción de la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo (IVE) generó que las mujeres lleguen a la primera consulta con mucha más información y que bajen las internaciones en guardia por abortos incompletos, ya que el proceso está muy supervisado, según especialistas.
Florencia Copello, una de las profesionales que hace intervenciones de IVE en el sector público y en el privado, dijo a Télam que «las aspiraciones se hacen con sedación y anestesia local y son súper bien toleradas. Cuando la mujer está segura de interrumpir el embarazo no se genera un trauma, es importante subrayarlo para no generar una patología del aborto», explicó.
A su vez, Copello celebró que desde la sanción de IVE las mujeres lleguen a la primera consulta con mucha más información y que, como era previsible, bajaran muchísimo las internaciones en guardia por abortos incompletos, porque el proceso está muy supervisado.
En tanto, Ailín Carrillo, que integra el equipo IVE-ILE del Hospital Belgrano de San Martín y es , explicó a Télam el paso a paso del protocolo que aplican cuando llega una mujer que solicita la práctica.
«Lo primero que se hace es pedirle una ecografía y en función de la semana de embarazo que esté cursando se define si si le van a recetar pastillas o si corresponde hacer una Aspiración Manual Endo Uterina (AMEU), que se hace con anestesia local. Si el procedimiento se va a hacer con pastillas, en cuatro días la mujer las tiene que tener, previa firma del consentimiento informado», explicó.
A los diez días de finalizada la práctica, el equipo de salud y la mujer definen qué otro método anticonceptivo va a aplicarse para evitar un nuevo embrazo no deseado, agregó.
La mujer tiene derecho a ser contenida e informada por una asistente social y una psicóloga, en caso de requerirla y no siempre se define la interrupción del embarazo en la primera entrevista, añadió.
«La pregunta orientadora clave suele ser ‘¿vos querés maternar ahora?’ y en algunos casos la respuesta es taxativa, pero en otros lleva más tiempo que la mujer bucee en su interior para encontrar su deseo. El suyo, no el de otros», completó Carrillo.
«A veces se requieren siete entrevistas para que la mujer decida qué hacer. Hay que despejar muchas variables, por ejemplo si dice que quiere seguir porque teme morir en la práctica. Ahí hay que explicar mucho sobre el procedimiento. Además todavía puede generar culpa, hay presiones familiares. También ocurre a veces que la mujer lo quiere tener y la familia la presiona para que no lo tenga», precisó.
Por su parte, Ana Morillo, coordinadora del área de Salud de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, hizo un balance «muy positivo» sobre la vigencia de la IVE, y de la labor que realizan día a día en todo el país para que el personal de los hospitales tenga la información necesaria que sensibilice a los médicos, en busca de que cada vez haya más lugares en los que se realice la práctica y menos objetores de conciencia.
«Hoy tenemos una cobertura en todas las jurisdicciones provinciales con enormes diferencias, pero está garantizada. En Misiones y Formosa trabajamos mucho en la sensibilización de los equipos de salud y mejoró mucho la práctica. En Misiones, apenas se sancionó la ley había 6 servicios y ahora hay 40, es un trabajo de ir por todas las provincias a capacitar cara a cara. Hay que hablar sobre la ley, cuando se conoce como es el tratamiento, algo cambia en el personal. A veces, los trabajadores piensan que van a tener más trabajo o teme de que algo salga mal y eso se trabaja hablando», explicó.
Los tratamientos con pastillas también fueron mejorando en estos dos años. «Que tengamos misoprostol y ahora misepristona es un enorme avance. Se combinan y es mucho más eficaz y menos doloroso el aborto», opinó. En su opinión, una asignatura pendiente es trabajar en la capacitación de la práctica en los casos permitidos para el segundo trimestre de embarazo. «Hay que garantizar que haya profesionales especializados en algunas provincias», dijo.
(Fuente: Telam)