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El equilibrio fiscal es la principal preocupación de Massa

Mirta Botzman.

En la primer conferencia de prensa Sergio Massa delineó los puntos principales de lo que en principio se propone hacer o lograr desde el Ministerio de Economía. El nuevo ministro anunció que cumplirán las metas con el FMI. Tal como lo hace el presidente todo el tiempo, lo hacía Martín Guzmán y lo dijo Silvina Batakis, el centro de la preocupación parece ser la búsqueda del equilibrio fiscal. No señaló preocupación por aumentar los impuestos que pagan los sectores más ricos de nuestro país para alcanzar ese equilibrio por lo que debemos deducir que se afectará regresivamente los ingresos, reduciendo gastos.

En su presentación, en efecto, no mencionó la contribución por ganancias extraordinarias a las empresas y grupos económicos que se están beneficiando de la guerra en Ucrania y de la especulación enloquecida con los aumentos de precios, y tampoco mencionó el revalúo fiscal en todo el territorio nacional que proponía la ex ministra Batakis. Massa se refirió en cambio a la necesidad de recortar los subsidios sobre el consumo energético de los hogares. No está mal pensar en un uso racional de la energía, el agua, y otros bienes que debemos cuidar, pero es negativo si se lo piensa como forma de eludir el cobro de impuestos a los sectores más acomodados que se resisten sistemáticamente a colaborar con el bien común. Esto estrenando nuevas autoridades en la Secretaría de Energía, cuya cabeza parece estar ubicada en un vértice opuesto a las autoridades salientes.

También aclaró que no se utilizarán en lo que resta del año Adelantos al Tesoro, es decir que no se utilizará el banco central para financiar actividades y gastos, reafirmando la idea de la emisión cero, suponiendo que así podrán controlar la inflación. La verdad es que no hay experiencia histórica que muestre que la emisión genera inflación. Tenemos un ejemplo histórico muy cercano, en la gestión de Macri la emisión fue cero y sin embargo la inflación llegó al 54% en 2019.

El superávit comercial es otro de los objetivos planteados por el ministro. Aquí la expectativa no está centrada solamente en el sector agropecuario, sino que se incluye el litio y el gas de vaca muerta. El litio es una esperanza crucial para Sergio Massa para hacer andar la fábrica de dólares, y fue uno de los ejes de la reunión bilateral que el presidente Alberto Fernández mantuvo con su par de Bolivia, Luis Arce, en su visita a Colombia para la asunción de Gustavo Petro.

Hoy hay en el país dos proyectos mineros que producen litio, en Jujuy y Catamarca. Existen alrededor de 50 que se encuentran en fase de exploración. Según la Secretaría de Minería los dos proyectos activos producirán este año 37.000 toneladas de carbonato de litio y la cuenta que hacen en el gobierno es que con estos desarrollos Argentina podría pasar de exportar litio por 200 millones de dólares en 2021 a 4.000 millones anuales en seis años.Cómo las inversiones para la explotación de este mineral son extranjeras, insistimos en que esperamos que sean adecuadamente reguladas y controladas las condiciones de explotación y exportación para que no nos quedemos solamente con los restos ambientales de estas explotaciones. En relación al gas de Vaca Muerta, el yacimiento ya fue visitado por el embajador de Estados Unidos quien durante su recorrida afirmó que “Argentina tiene la energía para abastecer al mundo”. Me suena mucho al granero del mundo, mientras nuestro pueblo pasa hambre. Como Estados Unidos está tratando de limitar la dependencia occidental del gas ruso, nuestro país es un aliado confiable para esa estrategia y ya están hablando de construir una planta gasificadora en Bahía Blanca para exportar GNL que esté operativa en 2025. ¿Quién podrá apropiarse de esos dólares de exportación???  nuestro país o Estados Unidos.

Como ven tenemos como país mucho potencial a futuro, el tema es que efectivamente se diseñen mecanismos adecuados para que el principal beneficiario de ese potencial sea el pueblo y no empresas extranjeras. Que a futuro no nos pase lo que nos sucede ahora con el trigo, la carne, el maíz y la soja que tenemos que pagar internamente lo que se paga en el exterior. Que este desarrollo sirva para que todos los habitantes de nuestro país tengan acceso al gas a tarifas acordes a los ingresos nacionales.

El otro punto mencionado por el ministro es la necesidad de fortalecer las reservas internacionales, se propone juntar en los próximos 60 días alrededor de unos 7000 a 8000 millones de dólares. Sobre este punto vale la pena hacer algunas acotaciones.Desde el 1° de enero de 2020 hasta el 30 de junio de 2022 las exportaciones superaron a las importaciones en 30.473 millones de dólares y el BCRA los dilapidó. Por un lado, pagó intereses de la deuda pública, sin haber investigado si esa deuda es realmente del Estado nacional o si fueron dólares vendidos durante la gestión de Cambiemos a precio oficial a empresas y particulares que, a su vez, evadieron los impuestos correspondientes. También como reiteramos en varias oportunidades, se les vendió los dólares del superávit comercial a esas empresas y a precio oficial, sin exigirles que primero paguen con los dólares que habían comprado durante la gestión de Cambiemos y sin exigirles comprobantes fehacientes sobre compras o destino de los supuestos créditos recibidos del exterior. Esperamos que el presidente del Banco Central haya aprendido la lección de que se necesitan preservar las reservas del país. Por otra parte, se supone que se están poniendo en marcha mayores controles de la Aduana y la AFIP para evitar maniobras de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones con las que intentan cerrar un agujero por donde se pierden entre 400 y 500 millones de dólares por mes, según estimaciones recientes.

Por otra parte, Massa quiere poner mayores incentivos para que los exportadores no sólo agropecuarios liquiden exportaciones.Plantea un acuerdo, principalmente con los productores, acopiadores, y comercializadores de soja, para que liquiden en forma supuestamente anticipada las más de 20 millones de toneladas retenidas (con un valor estimado de 12.000 millones de dólares). Decimos supuestamente anticipada porque hay una parte que ya está vendida al exterior, pero en esto de especular con una devaluación todavía no se le puso el precio en pesos de las divisas percibidas. La duda aquí es que tipo de incentivos piensa otorgar el ministro, porque esos que implementó el presidente del Banco Central el 26 de julio pasado todavía no parecen haber dado resultados.En realidad, las expectativas oficiales son más bien moderadas. «Los grandes productores del campo están en una acción militante por la devaluación y la mayoría de los dirigentes van por un movimiento destituyente. Son parte de un aparato político», evalúan en el gobierno. De todos modos, los funcionarios reconocen que «con esta brecha cambiaria, es casi imposible que liquiden». 

El gabinete económico también suma los desembolsos esperados de los organismos multilaterales como el BID, la CAF y el Banco Mundial. En estos casos tenemos que saber que, salvo contadas excepciones, los desembolsos no se producen de una sola vez, sino que se va desembolsando a medida que van avanzando los proyectos para los cuales se destina el financiamiento. O sea que estos fondos no serán en su totalidad para el futuro próximo, sino que serán fragmentados en dos o tres años.

El otro problema acuciante actual que va drenando las reservas es el vinculado a la importación de combustibles.La factura de cada barco de gas licuado llega a 130 millones de dólares, mientras que los de gasoil se ubican en torno a los 30 millones. Es una presión diaria sobre las reservas que el Gobierno, hasta ahora, decidió asumir, a fin de evitar el mal trago colectivo y político de tener que disponer racionamientos al consumo de gas y mayores faltantes de gasoil. La posibilidad de sostener esa decisión dependerá del éxito que tenga Massa en su plan para obtener dólares en las próximas dos semanas. Si funciona, se seguirán desembolsando las divisas para la compra de energía, sin afectar a industrias ni eventualmente otros usuarios. Pero si la misión de recolectar dólares no alcanza las metas proyectadas por el ministro, las restricciones parecen inevitables.Esperan de todas maneras que la presión disminuirá para el mes de la primavera.

La otra fuente de dólares en la que está pensando Massa es la que mencionamos la semana pasada, la de los tres bancos extranjeros. Aquí la cuestión clave es qué costo se acepta pagar para conseguir las divisas. Los tres bancos extranjeros con los que el ministro de Economía negocia líneas de financiamiento tipo Repo, con garantías de títulos públicos, por unos 2000 millones de dólares netos, pretenderían una tasa de interés del 15 por ciento anual en dólares. Las operaciones de financiamiento tipo repo constituyen una modalidad de financiación común en el mercado financiero. Es un contrato mediante el cual una de las partes, en este caso sería el banco financiador compra a la otra parte, el país en nuestro caso, quien vende títulos públicos al contado, y simultáneamente convienen la operación inversa de «recompra» a un plazo determinado, por un precio convenido que se denomina prima. La diferencia entre el precio de compra al contado del título y el precio de venta a término (futuro) determina la tasa de interés de la operación. En 2016, el entonces ministro Alfonso Prat Gay tomó préstamos similares al 11 por ciento, y ya se consideraba un exceso.La cuarta negociación en marcha es con el fondo de inversión de Qatar, pero las tratativas están en una fase menos avanzada.

La cuenta de costos y beneficios de cada determinación tensiona al Frente de Todos. Para algunos, reabrir el mercado voluntario de deuda es una señal importante para contener las fuertísimas presiones devaluatorias, mientras que otros entienden que convalidar una tasa de interés tan elevada expone la gravedad del ahogo financiero y solo empeorará las cosas.

El cuarto punto desplegado por Massa fue la del desarrollo con inclusión cuyos motores serán la inversión, la producción, las exportaciones y la defensa del mercado interno. Las críticas de un importante sector, el más vinculado a los movimientos sociales es que no se puntualizaron medidas concretas para los sectores más vulnerados de nuestra sociedad.El gobierno se va a reunir con la UIA y la CGT para discutir salarios después de la escalada enloquecida de precios. Pero aunque parezca mentira, Acuña y Daer dos triunviros de la CGT se niegan a que se otorgue un bono o una  suma fija compensatoria. Evidentemente se sienten tan poco representativos de los trabajadores a los que dicen representar, que piensan que un aumento otorgado con firma del gobierno los debilita ante los ojos de los trabajadores. Llegamos al absurdo que un personaje como el presidente de la UIA, Funes de Rioja está de acuerdo con ese bono o suma fija y estos personajes de la CGT no. Seguramente la UIA está acusando recibo de la caída en el consumo hasta de los bienes de consumo masivo, como los alimentos por la caída en el poder adquisitivo de los salarios. El salario real refleja el poder de compra de los ingresos. La suba general de precios por delante de los ingresos implica deterioro en el salario y por ello genera rentabilidad extra para las empresas.

Lo perverso de este movimiento además de la angustia de los trabajadores por no llegar a fin de mes, es que las ganancias extraordinarias se vuelcan al dólar y posterior fuga de capitales. Recordemos que en nuestro país las grandes empresas han profundizado en las últimas décadas un proceso de acumulación centrado en la fuga de capitales, la especulación financiera, la predominancia del capital rentístico y la preferencia por la moneda extranjera por encima de la nacional, en una espiral que sólo nos empobrece cada vez más y nos hace parecer cada vez más a una colonia.

Mirta Botzman

La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.

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