«El mismo derecho para desarrollar nuestras costumbres»
Del 16 al 25 de abril se conmemora en nuestro país la Semana de los Pueblos Indígenas, buscando la visibilización y reflexión sobre los derechos de las comunidades con que convivimos en nuestros territorios.
Nos comunicamos con Karaí Tataendy, Dalmacio Ramos, Cacique de la comunidad de Ysyry ubicada en la localidad de Mado quien nos permitió reflexionar sobre la realidad de los pueblos hoy, su problemática en torno al territorio, conocer sus formas de organización y cómo se da la relación con los gobiernos, instituciones y la sociedad blanca en general.
«Nosotros tenemos posibilidad de ser capacitados por nuestros abuelos en el sistema de salud, educación y lo demás que existe dentro de la comunidad. La gente que viene de afuera para trabajar dentro de la comunidad, que se vincula con la comunidad, es por permiso de los Mburuvicha, de los Caciques, porque la comunidad permite, no es que nosotros pedimos al Estado. Eso también se tiene que entender para ir trabajando en forma conjunta y es el derecho que nosotros siempre exigimos para que ese espacio realmente sea acompañado por el Estado pero respetando como es la cultura y la opinión de las comunidades», afirmó Dalmacio.
Por otra parte también elegimos incorporar una voz blanca, de los juruá, como nos denominan en las comunidades, pero una voz autorizada y referenciada por los habitantes de las aldeas Mbya Guaraní. Dialogamos con Ana María Gorosito Kramer, antropóloga, docente emérita de la Universidad Nacional de Misiones, ciudadana ilustre de Posadas y militante de muchas causas humanitarias.
Gorosito manifestó que “la situación es cada vez mas grave, porque mientras nosotros celebramos pavamente la semana del aborigen, estas apropiaciones, desvíos, invasiones siguen produciéndose en niveles cada vez más profundos de la población aborigen, por supuesto que hay signos positivos porque hay una parte de la población blanca que desplazada de sus tierras, desplazada de sus territorios, desplazados de la posibilidad de acceder mínimamente al río, hace que descubramos que nuestra vulnerabilidad más reciente es muy similar a aquella vulnerabilidad a aquel despojo a aquella violencia que desde hace décadas sino siglos venimos ejerciendo sobre el pueblo originario Guaraní”.
Ana Maria nos aportó al debate sobre la vinculación de la cultura occidental con las comunidades Mbya, el arrebato histórico y actual a su cultura, las surgientes vulnerabilidades compartidas y el desafío del aprendizaje y trabajo conjunto, desde el respeto de la diversidad, por un mundo mejor.
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