El periodismo autogestionado, una experiencia que crece
Frente a esa realidad surge, también en los trabajadores y trabajadoras de prensa, una creciente y novedosa forma de responder. Florecen los modelos de empresas recuperadas y los proyectos autogestionados, que asumen formas cooperativas y evitan la figura patronal.
No es, exclusivamente, un fenómeno de los años de ajuste macrista. Las primeras experiencias se remontan a varias décadas atrás y muchas otras se dieron durante el kirchnerismo, que otorgó un marco propicio para que cooperativas de trabajadores pudieran acceder a mejores condiciones para el ejercicio de su actividad. Por ejemplo, modificando el artículo 45 de la vieja Ley de Radiodifusión, que redactada por los militares de la dictadura directamente impedía el acceso a frecuencias a las cooperativas, mientras que emparchada (para peor) por el menemismo propiciaba el desembarco de los monopolios en la televisión.
Como en otras áreas, los años kirchneristas significaron una oportunidad para los trabajadores de prensa que se encontraron ante la necesidad de recuperar una empresa vaciada o aquellos que, desde cero, soñaron su proyecto autogestivo de comunicación. La modalidad laboral requiere esfuerzo y creatividad para enfrentar los múltiples desafíos y problemáticas que supone y que con la llegada del macrismo a los gobiernos nacional y bonaerense se multiplicaron y potenciaron.
Esos trayectos, preocupaciones y respuestas se dieron cita en un panel que condensó una variedad de experiencias arquetípicas del sector autogestionado de los medios de comunicación, agregando un componente federal que nutrió las exposiciones.
El panel se desarrolló en Pigüé, el 1 de septiembre pasado, durante la segunda jornada del VI Encuentro Internacional “La economía de los/as trabajadores/as”. Fue integrado por Manolo Robles (por la Cooperativa “La Masa”, de Rosario), Julio Delgado (del diario El Independiente, de La Rioja), Javier Borelli (de Tiempo Argentino, de Capital Federal), Marisa Nera (de la Cooperativa “La Prensa”, de Resistencia, Chaco), Raúl Olcelli (de El diario del centro del país, de Villa María, Córdoba) y Juan Manuel Ciucci, por la AGENCIA PACO URONDO, que también sigue un modelo autogestionado de trabajo.
La mesa se desarrolló bajo la consigna “Periodismo y autogestión: el desafío de la sustentabilidad y la independencia” y tuvo la particularidad del escenario en que se concretó: una de las plantas fabriles que la Cooperativa de Trabajadores “Textiles Pigüé”, anfitriona del evento, preparó como sala de conferencias. La empresa textil, que el martes 20 de febrero cumplió catorce años desde su recuperación, es un emblema dentro de la economía social argentina, ya que fue la primera en escriturar sus plantas fabriles en favor de sus trabajadores y trabajadoras.
Historias y futuro del periodismo autogestionado
El tema a abordarse en el citado panel despertó la atención de asistentes argentinos pero también de otros llegados desde Chile, Grecia, Alemania, China y Bangladesh, entre otros países.
La revista Autogestión para otra economía, que es en sí misma un proyecto autogestionado y una herramienta de comunicación para el conjunto del sector, presentó en su reciente quinto número un informe con los principales conceptos de cada una de las intervenciones del panel. AGENCIA PACO URONDO comparte hoy un resumen.
Manolo Robles abrió la participación de los oradores, marcando la oportunidad que significaba el Encuentro para “articular y tejer redes”. La cooperativa que integra nació hace casi una década con once miembros fundadores. Treinta y cinco asociados cuenta en este 2018. Entre sus proyectos ya concretados, Robles resaltó el periódico El Eslabón y el portal informativo de internet Redacción Rosario. Un doble objetivo guía los pasos del grupo: generar trabajo digno para el sector y contribuir a la pluralidad de voces en la comunicación popular. El desafío actual, señaló, pasa por cómo sostener la propuesta “en el marco de la autogestión y en un contexto muy desfavorable que nos impone el gobierno nacional”, para “seguir aportando a la sociedad, y fundamentalmente a los trabajadores, el acceso a la información”.
El caso del diario riojano El Independiente muestra que la recuperación cooperativa de empresas no es un fenómeno actual y que el camino de la autogestión se construye a sí mismo un futuro. El periódico fue fundado en 1951 y veinte años después adoptó forma cooperativa. Pese al gran trayecto recorrido, sus trabajadores aún encuentran un problema recurrente y común al mundo del periodismo autogestivo: la sustentabilidad económica, que aparece como “un gran desafío a resolver”, en palabras del propio Delgado.
Se conjugan en ello tres factores: la aparición de un nuevo ciclo neoliberal, el reclamo de un reconocimiento al universo de trabajadores autogestionados y el centralismo administrativo y político, que va en contra del país federal. La pauta oficial entraña todo un problema en tal sentido, indicó Delgado, ya que “está cooptada por los grandes medios y va en detrimento de los del interior”.
También emblemático, aunque mucho más reciente, resultó el camino de Tiempo Argentino, empresa favorecida por los años primaverales del kirchnerismo pero que abandonó los kioscos y a sus trabajadores horas después de terminado el gobierno de Cristina Fernández. Un rico intercambio entre la experiencia argentina y la griega subrayó las limitaciones de los medios de comunicación que dependen mayoritariamente del Estado, al tiempo que puso el acento sobre el rol obrero en la defensa de los puestos de trabajo y la libertad de expresión.
Javier Borelli, su principal referente, acercó a la mesa pigüense la experiencia de “Por más Tiempo”, la cooperativa que conformaron los trabajadores de prensa para recuperar la empresa. Borelli rescató especialmente el respaldo inicial de “los medios cooperativos que ya existían, y también de empresas recuperadas, que acompañaron nuestra lucha, de quienes aprendimos muchísimo”. En otro orden, respasó las iniciativas creativas a las que apelaron para reemplazar los ingresos perdidos por su línea editorial crítica de la actual gestión macrista. Todas conllevan un especial sentido de comunidad con sus asociados. Si bien el consenso de una línea editorial entre periodistas y socios tornaría operativamente inviable la tarea diaria, la opinión de éstos es requerida mediante encuestas y otras vías de participación.
“La gráfica es nuestro fuerte, aunque estamos empezando a incursionar en las redes sociales, y apostamos a que el contenido social, la cuestión de género, los derechos humanos, ocupen nuestra tapa diaria y sean las que mayor espacio tengan en el armado del diario”, resumió a su turno una voz también proveniente del interior profundo: la de Marisa Nera, que forma parte de la Cooperativa “La Prensa”, editora de El Diario de la Región, de Resistencia, Chaco. Nera coincidió con el resto de los expositores respecto del problema de la sostenibilidad económica de los proyectos autogestionados, en particular los del país federal. “Cada uno de nosotros está trabajando, a la vez, de otra cosa”, señaló.
Por su parte, Raúl Olcelli sumó la voz de El diario del centro del país, de la cordobesa Villa María. Se trata de un periódico fundado en 1984, que se reconvirtió a formas cooperativas en el muy simbólico 2001. Por entonces, la única experiencia en tal sentido era la riojana de El Independiente, que databa de treinta años atrás. Una semana antes del estallido de diciembre de 2001, los trabajadores y los antiguos dueños del diario firmaron un acuerdo por el que los patrones se retiraron y “nos dejaron todo, también las deudas”. Los sindicatos de prensa y de obreros gráficos se constituyeron en el principal respaldo de los nuevos autogestionados. Pero toda la comunidad empujó el proyecto: tras el incendio que sus instalaciones sufrieron en 2005, recordó Olcelli, resultaron un éxito todas las actividades realizadas con el objetivo de recaudar fondos para las reparaciones.
Hoy, El diario del centro del país cuenta con casi sesenta asociados. Su principal dilema pasa por determinar si los medios digitales representan o no una amenaza contra el formato de papel, que sus trabajadores aún conservan como bastión.
La experiencia de una década de la AGENCIA PACO URONDO fue compartida por su jefe de Redacción, Juan Manuel Ciucci. Lo particular del caso es que este colectivo conjuga la actividad militante con la autogestión cooperativa de distintos soportes de comunicación. “Somos unos treinta compañeros orgánicos, de participación estable. La mayoría trabajamos de otras cosas y la Paco es nuestro espacio de militancia y nuestra manera de oponernos a este gobierno, en vistas de una cada vez mayor represión y persecución a la militancia”, comentó Ciucci. “Ser militante es ser crítico”, subrayó, para diluir la falaz asociación que confunde militancia con carencia de sentido crítico o mera obediencia vertical. En tal sentido, planteó la postura crítica del colectivo militante al esquema de comunicación implementado desde la administración kirchnerista, en particular en aquellas prácticas que dispararon situaciones como la vivida por los trabajadores de Tiempo Argentino.
En el panel primero y en un recuadro especial para la revista Autogestión luego, Ciucci reivindicó el campo de la comunicación como ámbito militante, resaltó la importancia de disputar “una agenda distinta a la oficial” e invitó a los participantes del Encuentro y al sector de la autogestión en general a nutrir “un fluido intercambio, tanto de vivencias como de informaciones que podamos difundir, para juntos construir una gran red federal”.