(Por Mariquita Torres) Cuatro trabajadores de la corresponsalía de Misiones de la agencia de noticias Telam fueron despedidos este miércoles y ya son parte de los 354 despedidos que en todo el país recibieron los telegramas que los expulsa de sus lugares de trabajo sin otra razón que el desmantelamiento que sufren los medios públicos argentinos Radio Nacional, Televisión Pública, Encuentro, Paka Paka, DeporTV, TDA, IncaaTv y ahora la histórica proveedora de noticias a cientos de medios de comunicación de todo elpaís y el mundo.
En Misiones, como en todo el país, todo hace suponer que la corresponsalía dejará de existir sencillamente porque los cuatro trabajadores despedidos son todo el personal de Telam en la provincia.
Julian Marín, que era el jefe de la corresponsalía, los redactores Raúl Arévalos y Pablo Noguera y el reportero gráfico Sergio Centenaro recibieron la solidaridad y acompañamiento de sus colegas y de militantes populares que se encontraron ayer frente al edificio donde funcionan desde hace más de 30 años las oficinas de Telam, sobre calle Bolivar, en Posadas.
Trabajadores despedidos de #Telam #Misiones repudiaron la medida de #Cambiemoshttps://t.co/5KQm7c5fdk pic.twitter.com/QxCE3xKOIP
— Noticiasdel6.com (@noticiasdel6) June 28, 2018
Los manifestantes, con carteles que rezaban «Todos somos Telam» y «Basta de vaciar a los medios públicos», entonaron frente a Telam consignas de repudio a la medida dispuesta por el ministro Hernán Lombardi y posteriormente se trasladaron hasta la Cámara de Diputados donde los legisladores Martín Sereno (Pays), Héctor Escobar, Lucas Cáceres, Roque Gervasoni y Pereyra Pigerl (FR) presentaron dos proyectos de declaración para que ese cuerpo repudie los arbitrarios despidos, que fue aprobado con el voto en contra de los diputados de Cambiemos, y un proyecto para declarar la solidaridad con los trabajadores afectados que aprobado por unanimidad.
Los argumentos para despedir
«Donde reina la posverdad no hay periodismo posible, donde se inventa la verdad lo único que importa es el efecto de la noticia y no su fundamento. La función del periodismo es contar los hechos con la mayor objetividad». Así se expresó el ministro de Medios Hernán Lombardi el martes pasado para justificar los centenares de despidos en Telam en todo el país.
Como es práctica de la actual gestión nacional, Lombardi volvió a argumentar la decisión en que «la administración anterior vulneró, despreció y destruyó este sentido último. La propaganda se enmascaró detrás del periodismo. La información tendenciosa y las operaciones sucias fueron la tónica de la época. Los lobos se disfrazaron de corderos, la propaganda se disfrazó de periodismo».
Con esas y otras afirmaciones incomprobables y de fuerte contenido discriminatorio, Lombardí subrayó: «acompañamos la decisión del directorio de Télam de completar un plan de reformas y modernización para poner a la agencia donde debe estar», porque de ese modo, a su criterio, «hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Los ciudadanos porque recibirán de la Agencia Télam información objetiva, veraz e independiente. El periodismo porque podrá desplegar, sin presiones ni chantajes, su noble oficio. Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Hoy ganó el futuro de la Agencia Télam», remató. En las calles de todo el país, cientos de trabajadores de 10, 20, 25 y hasta 35 años de antiguedad recibieron la peor de las noticias: ya no tienen trabajo, ya no tendrán salarios, ya no tendrán obra social para ellos y sus familias, ya no podrán seguir haciendo sus aportes jubilatorios, y todo eso junto sin ninguna causa real y comprobable que amerite semejante despojo.
Los argumentos de Lombardi tienen su antecedente en 1963, exactamente el 30 de mayo de ese año, cuando el gobierno de facto de José María Guido clausuró la agencia Telam por considerar que «viene tramitando informaciones falsas y tendenciosas que por su naturaleza y alcance atentan contra el orden público y la tranquilidad de la población y siendo firme propósito del gobierno eliminar todo factor capaz de perturbar el proceso electoral aplicando al efecto las facultades que conciernen durante la vigencia del estado de sitio».