Icono del sitio La 99.3

En la calle, porque la violencia patriarcal no está en cuarentena

(Patricia López Espínola) La marea feminista invadió las calles de Posadas este 25 de noviembre en conmemoración el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, donde cientos de mujeres marcharon reclamando que cesen la violencia y los femicididos, contra la explotación prostituyente, proxeneta, la corporación judicial patriarcal, el capitalismo y el patriarcado y la exigencia de justicia para las víctimas.Se estima que en el país, el 30% de las relaciones de pareja hay situaciones de violencia de género.

El colectivo de mujeres y disidencias integrado por referentes de organizaciones sociales y gremiales se concentró en horas de la siesta, bajo un sol de fuego en el Mástil de las avenidas Mitre y Uruguay.Desde ahí recorrió el centro posadeño, portando una bandera de arranque que decía: «La violencia patriarcal no se toma cuarentena. ¡Basta de ajuste y represión!«.

La marcha se detuvo frente al Ministerio de Salud Pública y la Comisaría de la Mujer, con demandas por falta de políticas públicas de prevención de las violencias hacia las mujeres, y desde ahí continuó hasta la plaza 9 de Julio. La enorme columna ingresó al ritmo de los tambores de la banda «Paranaguá», integrada por mujeres, que con cada golpe en los parches, convocaron a que cese el fuego y llueva para aliviarlo. El Universo las escuchó porque la lluvia llegó horas después.

Mujeres y disidencias organizadas

En el acto central varias mujeres leyeron el documento consensuado por la Coordinadora de Trabajadoras Trans, Travestis, Transexuales, Lesbianas, Queers y No Binaries: María Ríos (MUE); Yaqueline Vera (CCC), Rebeca Barberán (Federación Juvenil Comunista), Victoria Weirich (Equipo Misionero de DDHH, Justicia y Género de CTAA), Sandra Terribile (Promotora Micaela García), Raquel Osorio (Agrupación Isadora), Malvina Lara (Progen), Mélany Toconas (FOL), Graciela Franzen (ATE), Lucrecia y Claudia Sanabria (Aquelarre) y Dana Valiente (Asociación de la Calle a la Dignidad) y Muriel Arensburg (ATE), hicieron oír las demandas.

También marcharon en Eldorado, Iguazú, Jardín América y Bernardo de Irigoyen organizadas por mujeres autoconvocadas y con el apoyo del grupo de Mujeres Unidas de la Frontera, el Municipio y el Concejo Deliberante de Irigoyen, y en la plaza del paraje Dos Hermanas, se inauguró un banco rojo en memoria de todas las mujeres asesinadas por quienes decían amarlas.

Los femicidios y travesticidios son políticos

La responsable de Género de la FEDE y el Partido Comunista en Misiones, Rebeca Barberán señaló que este 25N lxs comunistas «nos manifestamos contra la violencia patriarcal hacia mujeres y disidencias. Salimos a luchar como nuestra camarada, Florencia Gómez, Diana Sacayán y Lohana Berkins y contra el exterminio sistemático de nuestra población. Vamos a apelar la decisión del juez Stiger que no aceptó nuestra solicitud de querellantes en el juicio por el femicidio de Florencia».

Sostuvo que los femicidios y travesticidios son «profundamente políticos y ejemplificadores, y la crisis capitalista se imprime sobre «nuestras cuerpas».

«Marchamos por todxs lxs que ya no están, por quienes dieron su vida para conquistar derechos, por las vidas que fueron arrebatadas por este sistema de miserias, por las 102 travestis-trans asesinadas, por Enzo Aguirre; por Cristina Vázquez, por la absolución para María Ovando, Lucas y Marcos. Por Taty Piñeiro, Evelyn Rojas, Rocío Samaniego, y tantos nombres que debemos recordar para que no sean una cifra más olvidada por un Estado que abandona, llevando en alto el ejemplo de nuestras comandantas Florencia, Diana y Lohana», destaca la dirigente.

En cuarentena se incrementó la violencia

La Coordinadora recordó que este 25N se cumplen 60 años del asesinato en República Dominicana de las hermanas Patria, Minerva y María Mirabal por su activismo político contra del régimen del dictador, Rafael Trujillo. En honor a ellas se declaró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En este contexto de pandemia, las cuarentenas a las que «nos vemos empujadas están signadas por las formas más diversas de violencias. Hubo un incremento de las tareas domésticas, se multiplicaron los trabajos que debimos hacer para garantizar lo básico en nuestros hogares en un marco de una crisis laboral en medio de una gran emergencia sanitaria y epidemiológica».

El documento hizo hincapié en que las mujeres se volvieron un soporte fundamental de la enseñanza en sus hogares, trabajo que recayó en ellas, tanto desde las docencias como del apoyo materno; debido a que el sistema considera que dichas actividades y roles son «exclusivos» y «naturales» de un género en el marco de una división sexual del trabajo.

Poder Judicial patriarcal, clasista y racista

«Nuestras cuerpas están sobrecargadas de trabajo, de explotación, de crueldad y de muerte. En cuarentena nos están matando con más saña e impunidad. Mataron a nuestra compañera Cristina Vázquez, que antes fue secuestrada por un Poder Judicial perverso, patriarcal, clasista y racista».

Expusieron que el Estado la encarceló por más de 12 años, y la mató cuando recuperó la libertad después de estigmatizarla y abandonarla. Con Cristina no hubo reparación ni pedido de disculpas por haber destruido su vida y la de su familia. El Gobierno le asignó un trabajo precarizado en Cáritas, donde recibió hostigamiento por su orientación sexual y manipulada para callar su derecho de denunciar al Estado arbitrario, punitivo, discriminador, machista y que nuevamente la arrojó a la exclusión social.

Esa misma situación sufren quienes fueron presos con Vázquez, Cecilia Rojas y Ricardo Jara», remarcaron las voces.

Justicia por Florencia, militante comunista

En el documento cuestionaron que la Justicia volvió a encarcelar a María Ovando, anuló la absolución de Victoria Aguirre y avanzó con la imputación de Myriam Bogado, sólo por nombrar algunas causas.

«Este accionar es funcional al Poder político, el punitivismo, la criminalización como respuesta a cualquier demanda, o incluso a la mera visibilización de las necesidades elementales insatisfechas es disciplinante. Pero no nos callaremos, seguimos diciendo que el Estado es responsable de la peor violencia que es la miseria. Asesinaron a Florencia Gómez, militante feminista y comunista, una más de los 233 femicidios en lo que va del año, crímenes que son la expresión máxima de la violencia patriarcal hacia las mujeres, en un sistema que oprime, violenta y mata desde sus estructuras sociales, culturales, políticas, económicas, jurídicas, comunicativas. Actualmente también se niega la participación de los Partidos políticos en la defensa de sus propias dirigentas, limitando su participación e inscribiendo la violencia contra la mujer en el marco de hechos aislados y privados, negando la sistematicidad de los mismos, no sólo en nuestro país, sino en toda América Latina».

Inclusión Laboral sin restricciones

Este 25 de noviembre, respetando las medidas de aislamiento y conscientes de la gravedad de esta pandemia, «recuperamos las calles, el espacio de visibilidad porque la deuda es con nosotres, porque más del 80% de quienes cobran la miserable jubilación mínima somos mujeres, que si no seguimos trabajando estamos condenadas al hambre. Porque nuestras compañeras siguen siendo discriminadas y se ven obligadas a entrar en el sistema prostituyente para sobrevivir. Es terrible la exclusión laboral que afecta a nuestrxs compañerxs trans-travesti, por eso exigimos la efectiva puesta en práctica de la Inclusión laboral Trans y Travesti sin restricciones».

Manifestaron que durante los primeros diez meses del año, la provincia contabilizó 9 casos de femicidios directos, dos femicidios vinculados y 13  intentos de femicidios. En todos los casos el agresor fue su ex pareja y había sido previamente denunciado, «está claro que no se implementan políticas eficaces de protección y prevención».

Marías condenadas a la miseria

Las mujeres y disidencias de la Coordinadora expresan que es central que el Gobierno entienda la violencia por motivos de género como una problemática estructural, que amerita un abordaje integral. Es imperativa una decisión política para erradicarla «y lamentablemente no vemos que se esté en ese camino. Seguimos sin ESI mientras abusan de nuestra niñez en sus casas; unas 200 niñas abusadas por año son obligadas a parir en Misiones, y luego son abandonadas y condenadas a la miseria como pasó con María Ovando pariendo su primer hijo a los 14 años.
En Misiones hay alrededor de 1000 egresos hospitalarios por secuelas serias de abortos clandestinos, y como consecuencia quedan mujeres mutiladas, dañadas para siempre
Por eso reclaman el Aborto legal, seguro y gratuito para no morir, anticonceptivos para gozar y no abortar y educación sexual para decidir».

También les preocupa la crisis ambiental sigue afectando «nuestras vidas, la selva y montes que están en llamas, con el fuego acercándose peligrosamente a comunidades mbya guaraní, y a poblaciones campesinas sin que el Estado pueda prevenir y atender esta problemática de manera eficaz», indica parte del documento del N25.

Salir de la versión móvil