Transcurridos dos meses desde el asesinato de las niñas Villalba a manos de las fuerzas policiales y militares del Estado paraguayo, la familia de Lilian y María Carmen exige justicia ante la impunidad de lo que califican como la ejecución de las niñas, de once años, en un hecho que fue presentado ante los medios de comunicación como resultado de un enfrentamiento con combatientes de la insurgencia paraguaya.
Los familiares de las niñas Villalba denuncian ser víctimas de persecución por parte del gobierno paraguayo presidido por Mario Abdo Benítez y piden al Estado argentino que les otorgue la condición de refugiados políticos.
En comunicación con Contala como quieras, Miriam Villalba, madre de Lilian y tía de María Carmen, expresó: «Nuestro pedido como familia es que ingrese a Paraguay el Equipo Argentino de Antropología Forense para que se haga una autopsia y así saber lo que les hicieron a las niñas».
Miriam afirma que «las niñas fueron capturadas vivas, torturadas y luego ejecutadas», y asegura que hace esas acusaciones apoyada en las fotografías que hizo públicas el gobierno paraguayo al anunciar el hecho ante la prensa.
Aseguró que «desde un principio el gobierno paraguayo difundió información falsa a través de los medios hegemónicos de Paraguay. Ellos dijeron que se trataba de dos mujeres mayores de edad, integrantes del EPP (el insurgente Ejército del Pueblo Paraguayo); después dijeron que eran dos adolescentes y al final, con las documentaciones que nosotras pudimos arrimar al cónsul argentino que está en Asunción, confirmaron que tenían sólo once años las niñitas».
Miriam asegura que el gobierno paraguayo busca cubrirse de impunidad ante el caso y por ello niega la nacionalidad argentina de las niñas. La Justicia paraguaya ha negado a la familia y a la Cancillería argentina todo acceso a las causas en donde deberían investigarse las ejecuciones.
El presidente Mario Abdo Benítez, quien incluso viajó a la zona del supuesto enfrentamiento armado y se fotografió con efectivos de la Fuerza de Tareas Conjunta en el campamento guerrillero donde se registró el hecho, felicitó a los miembros de esa fuerza de élite antiterrorista por el «exitoso» operativo contra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Inmediatamente después de producido el hecho, desde el gobierno difundieron imágenes del campamento guerrillero contra el que se había realizado el operativo y hasta fotos de las presuntas combatientes abatidas, vestidas con uniformes camuflados de combate, presentadas como un trofeo de guerra y evidencia del exitoso procedimiento antisubversivo.