Fiesta Patria
(Luis Bruschtein. P12) La 9 de Julio, la avenida más ancha del mundo, no perdona. Llenarla requiere una multitud como la de ayer a la tarde. Por la mañana, el Presidente había sido zamarreado muy religiosamente.”Y así le dijo Jesús: Zaqueo, baja pronto porque hoy tengo que alojarme en tu casa,”, mandó el arzobispo Mario Poli en el Tedeum con Mauricio Macri en primera fila. Zaqueo era el que cobraba impuestos para los romanos, el imperio de la época. Unas horas después: “La patria está en peligro, No al FMI”, fue la frase que convocó al Obelisco a cientos de miles de personas que no se acordaron de Zaqueo, pero sí de Macri. Este no fue un buen 25 de Mayo para un presidente sermoneado en la Catedral a la mañana y vilipendiado por la muchedumbre a la tarde.
“¿Me parece a mí o el obispo le está dando palos a Macri?” fue la frase de asombro que empezó a viralizarse en la red. Zaqueo era odiado por el pueblo que sabía que el dinero que les sacaba iba a parar a las arcas del imperio que sometía a Judea. Fue el tema que eligió Poli, en el contexto de la fuerte protesta popular contra el retorno del FMI de la mano de Cambiemos.
Macri no juró por la Patria cuando asumió y no es adepto a las fiestas patrias, se lo ve incómodo, en los festejos oficiales se toman severas medidas de seguridad, no hay participación ciudadana y el presidente evita mostrarse “patriótico”. En el bicentenario de la declaración de independencia, el único invitado relevante fue el Rey de España, a quien casi le pidió disculpas por el Congreso de Tucumán que habría actuado con “angustia”. Tampoco fue muy sensible ante la tragedia del ARA San Juan y sus 44 tripulantes, donde la única responsabilidad ha sido de su gobierno y donde las víctimas se encontraban cumpliendo una misión oficial.
El ARA San Juan, en cambio, fue recordado en el acto popular que se realizó en el Obelisco, convocado por más de 40 organizaciones sociales, empresarias, cooperativistas, de derechos humanos, culturales, sindicales, barriales, religiosas, políticas y estudiantiles. Una heterogeneidad que aportó masividad. Las consignas más repetidas que surgían de la espontaneidad del público fueron el “¡Patria sí, colonia no!”, el hit del verano (MMLPQTP) y un “Vamos a volver”, ya entonado más como desafío, o mojada de oreja que como plataforma política.
“Cuando Jesús se invita a la casa de Zaqueo, –continuó Poli– la gente murmura con razón, porque era un oficio despreciable, pues el dinero que recaudaban de sus conciudadanos iba a parar a las arcas romanas, no sin retener una buena parte de los impuestos, de modo que se enriquecían notablemente. Sin sentimientos religiosos, los publicanos eran indiferentes al patriotismo de sus conciudadanos que luchaban por obtener la libertad de su pueblo humillado”.
El pueblo estaba en el Obelisco con sus sofocos y tambores entre humos de choripanes y hamburguesas. Es el pueblo que odia a los que recaudan para el imperio y fue al Obelisco para decir que No al FMI, convocado porque “La Patria está en peligro”. La alegoría de Poli sobre Zaqueo la emboca hasta con el nombre del publicano, que así se llamaban esos recaudadores. En el obelisco se habló también de saqueo: a los trabajadores, a los jubilados, a los maestros y al pueblo en general.
Y en el ensamble de un país cuyos ecos ya resuenan nuevamente al borde del precipicio, Cristina Kirchner recordó en un documento que “hasta la actualidad los únicos dos ciclos de gobierno que nunca sometieron sus políticas al FMI fueron los del General Perón y los de Néstor y Cristina Kirchner”. También fue el 15° aniversario de la asunción de Néstor Kirchner. La ex presidenta destacó que Kirchner sacó al país del desastre y lo levantó, pero que Macri hizo el recorrido inverso: lo recibió bien y en dos años lo devolvió al desastre.
La repentina desesperación del macrismo por destacar que recibieron un país a punto de estallar los expone más aún porque deja inferir el tamaño de la impericia que tratan de ocultar. Aunque las empresas de los Ceos del gobierno hicieron buenos negocios, ellos están haciendo un papelón ante sus amigos conservadores y neoliberales del planeta por el desconocimiento y la superficialidad con que manejaron la economía. De héroe “antipopulista” pasó a convertirse en el burro del cuento.
Día de la Patria: cuatro luces rojas para Macri. La impresionante multitud que asistió a al acto a pesar de que la convocatoria fue absolutamente tapada y distorsionada por los medios corporativos, un acto con muy poco despliegue de aparato y con gran cantidad de personas que asistieron sin estar integradas en columnas o agrupaciones, tiene que hacer pensar a la Casa Rosada. No puede gobernar atropellando a esa multitud que representa a una gran parte de la sociedad. Las encuestas indican que solamente un 35 por ciento respalda las medidas del gobierno. Segunda advertencia: el FMI le subrayó que está obligado a buscar formas de resolver el déficit sin depender tanto del endeudamiento y el gobierno se resiste a volver a las retenciones. Tercera luz roja: las patronales rurales salieron con los tapones de punta ante el rumor y se quejaron por la situación económica: no lo van a apoyar solamente por lealtad. Y la cuarta fue la homilía en la Catedral.
La fábula de Zaqueo, contada por Poli, sigue con que, a pesar del enojo de la gente, Jesús se invita a la casa del recaudador y lo convierte en una persona solidaria. Le da una oportunidad a Mauricio Zaqueo. En el Obelisco no hubo esa contemplación. La gente apareció de a poco, en grupos pequeños y en algunas columnas, muchas de ellas sindicales. Las de Camioneros y la Cámpora fueron las más nutridas, pero empequeñecidas por la masividad del acto. Desde el escenario se anunció que los gremios que asistieron plantearán a la CGT la realización de un paro. La avenida se llenó de a poco. No hubo arribo de columnas desbordantes. Pero en un momento, las veredas y todos los carriles estaban cubiertos desde el Obelisco hasta el edificio de Acción Social que tiene los perfiles de Evita.
Este gobierno abandona el espacio Nación o Patria. Son palabras que casi no pronuncia. Ese repliegue hace más notoria la necesidad popular de recuperarlas como identidad comunitaria. No es patrioterismo, porque es una acción que recupera a América Latina, se reconoce en esa identidad más amplia. Y no es solamente una recuperación simbólica, sino que se produce desde una profunda actitud política. Para las personas que estaban en el Obelisco había continuidad lógica entre la fecha patria y el rechazo al FMI.
El himno cantado a voz en cuello por centenares de miles de gargantas se salió de símbolo y se materializó en hecho político de masas con kilotones de potencia emotiva. El macrismo ha gobernado despreciando esa realidad y tratando de esconderla con la complicidad de los medios corporativos y de los periodistas oficialistas que insisten en ridiculizar a esa parte de la sociedad y difamar a sus referentes. La convocatoria fue amplia, pero limitada por sus posibilidades se apoyó nada más en las redes y en el boca a boca. Sin embargo, la asistencia desbordó la 9 de Julio con un gran sentido de la política y de la historia.
Kirchneristas y no kirchneristas, peronistas y no peronistas, en su mayoría clase media y trabajadores, dejaron sentado que el macrismo no queda impune por el regreso del Fondo Monetario. Lo mismo con la Flexibilización laboral o con el veto al freno de los tarifazos si pretende aplicarlos. Es una advertencia también para los gobernadores y el massismo que más de una vez han prestado sus votos al oficialismo en el Congreso. Con el desastre que provocaron sus medidas económicas, el oficialismo ha perdido parte de sus apoyos y ha legitimado los argumentos de la oposición. El relato grotesco que pudieron construir con los medios corporativos empieza a resquebrajarse, como dice la canción que cerró la presentación de la Bersuit: “Y ellos sumergieron a un país entero/pues así roban más dinero/ Y tu cabeza está llena de ratas,/ te compraste las acciones de esta farsa/ y el tiempo no para/ Yo veo el futuro repetir el pasado”. Sorprendido él mismo por su canción, el cantante de la Bersuit exclamó “grabamos esta canción en los ‘90, es increíble cómo tiene actualidad”.