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Gas dólar o gas pesos, esa es la cuestión

(Mirta Botzman) Como mencioné la semana pasada, el impulsor de la industria del gas en Argentina fue el ingeniero Julio Canessa, nombrado por Perón en 1946 como el primer Director General de Gas del Estado. La historia de la evolución de la industria del Gas sigue el mismo derrotero, lamentablemente, que la historia económica de nuestro país. De ser en 1946 el segundo país con el gasoducto más largo y el mayor consumo de gas por habitante llegamos a 2021 dependiendo en los hogares, de vastas zonas del país, de las garrafas para poder cocinar o calentarse en invierno y la imposibilidad del desarrollo de numerosas actividades industriales que utilizan el gas en sus procesos productivos, por falta de gasoductos. Esto a contrario de lo que decía Macri no se debió a los gobiernos populares, sino precisamente a la interrupción de esos procesos por la irrupción de golpes de estado, por gobiernos de traidores a las causas populares o gobiernos neoliberales elegidos extrañamente por el voto de la población.

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Mirta Botzman en La 99.3 el 25 de febrero de 2021
Mirta Botzman

En nuestro país, como también mencioné la semana pasada, el gas natural es muy importante porque el 50% de la energía que consumimos proviene del gas y más del 60 por ciento de la electricidad es generada por centrales térmicas que utilizan el gas como combustible. Esta dependencia del gas es hoy un elemento positivo, con todas las comillas que quieran, desde el punto ambiental. En el mundo, el 38 por ciento de la electricidad se genera a partir del carbón como fuente primaria. Alemania, por ejemplo, que promueve de manera agresiva la transición hacia energías renovables a partir de importantes subsidios (alrededor de 30 mil millones de euros anuales), obtiene el 40 por ciento de su electricidad a partir de centrales que funcionan con carbón. También Gran Bretaña tiene como fuente primaria de generación de energía al carbón, que es el insumo actualmente considerado como el de mayor grado de contaminación.

De la misma manera que con el petróleo, las expectativas respecto de la posibilidad de autoabastecimiento e incluso exportación de gas están todas cifradas en la explotación en Vaca Muerta.

Ante la caída en la producción que viene arrastrándose desde la gestión macrista, el gobierno y en particular YPF anunció que busca duplicar la producción de gas no convencional antes de mayo para cumplir con los compromisos del Plan Gas. Recientemente, la petrolera anunció su plan de inversiones para el 2021 que asciende u$s 2.700 millones, de los cuales u$s 1300 millones serán destinados al desarrollo del gas no convencional, que es fundamentalmente el de Vaca Muerta aunque también hay reservas de este tipo de gas en el golfo San Jorge.

El Plan Gas.Ar puesto en marcha por el gobierno nacional el 16 de noviembre del año pasado mediante el decreto 892/2020, tiene como objetivo producir 30.000 millones de metros cúbicos de gas argentino en cuatro años; generar un ahorro fiscal de 2.500 millones dólares y un ahorro en divisas de 9.200 millones de la misma moneda. Entre los expertos en la materia el Plan Gas es una herramienta de política energética muy valiosa, tal vez la más importante en muchos años, ya que apunta a detener la declinación y aumentar la producción de gas en un marco de precios competitivos. Como se plantea en el proyecto, la implementación del plan permitirá ahorrar dólares por el gas que se deja de importar, pero también hay que destacar que fue producto del consenso entre el Estado, YPF y los productores privados para garantizar las inversiones necesarias con un horizonte de cuatro años, sentando así las bases, en una primera etapa, para lograr el autoabastecimiento de gas en el invierno y tener excedentes de exportación en verano. Sólo nos queda ver y comprobar efectivamente la concreción de las inversiones privadas

Por otra parte, el plan apunta a cumplir con los dos pilares fundamentales de una política energética nacional:

Seguridad energética. La energía es la base del funcionamiento de las sociedades y debe asegurarse su disponibilidad ininterrumpida a un precio asequible para productores y consumidores.

Accesibilidad. La energía en las sociedades modernas es un derecho social, el que debe asegurarse a todos los habitantes, lo cual plantea una tensión esencial entre el valor que el inversor considere redituable y el precio accesible al consumidor.

Estos dos principios se traducen en tensiones entre los productores y los consumidores, donde el Estado es el mediador ineludible ya que, si los costos de producción no hacen posible el acceso a la energía de toda la población, debe implementarse un sistema de subsidios para que las tarifas sí sean accesibles. En nuestro país, además, hay un factor que complica las negociaciones que está relacionado con nuestra economía bimonetaria. Este plan ha reconocido con la cuota de pragmatismo necesaria esta situación, fijando valores en dólares para los productores, aceptando implícitamente que es muy difícil hoy desdolarizar las tarifas.

Si bien sería deseable contar con tarifas que no dependan del valor del dólar, y poder fijarlas en pesos conforme al poder adquisitivo y nivel de ingreso locales, al menos por ahora debemos aceptar que el valor del gas, que es la base de nuestra matriz energética, se comercializa internacionalmente en dólares, y de acuerdo a las empresas productoras, ese valor en dólares se fija con independencia de los costos en cada país productor independientemente que muchos de sus costos son en pesos, por ejemplo, los salarios.

Las tarifas de gas dependen mayoritariamente del valor del gas en boca de pozo, un precio que por ahora no tenemos manera de pesificar, o dicho de otro modo, cualquier valor fijado en pesos en un nivel inferior al equivalente internacional no atraería las inversiones que se requieren para explotar los recursos disponibles.  Ese es el poder de presión de las compañías que operan en el sector. Este “dilema de las tarifas”, es decir, la necesidad de pesificar en la punta del consumidor, pero mantener dolarizada la del productor, implica implementar políticas de subsidios. En el caso argentino, además, las tarifas eléctricas también dependen en gran medida del valor del gas. Es en este punto donde el desarrollo de Vaca Muerta muestra una vez más toda su importancia. Se asume que permitirá llegar al autoabastecimiento, nos traerá dólares y nos permitirá en unos años bajar las tarifas energéticas. El plan gas es el primer paso para lograr este objetivo.

Las principales empresas que están en el negocio del gas no convencional, especialmente en Vaca Muerta son, por un lado, YPF que es la que lidera la producción, luego viene Tecpetrol de Paolo Rocca, que se encarama como la segunda productora en orden de importancia por volumen de extracción y cuenta con un yacimiento «estrella», Fortín de Piedra, situado en la provincia del Neuquén, pero que durante los primeros meses del año pasado fue la que más retrocedió en términos de producción.Fortín de Piedra se desarrolló a la luz de la Resolución 46/17, el régimen de estímulo creado por Juan José Aranguren, ministro de Energía del gobierno de Macri. El ex directivo de Shell terminó eyectado de su sillón y su esquema naufragó con las bruscas devaluaciones y, sobre todo, por la decisión de ex ministro de Finanzas Nicolás Dujovne de recortar los subsidios a la extracción de gas, bajo los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI).Esa medida derivó, en 2019, en una demanda judicial millonaria por parte de Tecpetrol contra el Estado Nacional, gobernado por Macri en ese entonces.

Para acceder al nuevo Plan Gas lanzado a fines del año pasado por el gobierno de Alberto Fernández, la petrolera del Grupo Techint debió desistir de una parte del reclamo judicial, que llegaba hasta diciembre de 2021, mes en que dejará de regir la Resolución 46 de Aranguren. Se negoció que ya no se reclamara “hacia adelante” y de esa forma, la demanda se acotó al periodo que va desde que el gobierno de Macri aplicó el tijeretazo a los pagos, hasta el ingreso de la petrolera en el nuevo esquema.

Tecpetrol ingresó al Plan Gas.Ar y en diciembre último resultó adjudicada con 9,94 millones de metros cúbicos diarios de gas (MMm3d) más un adicional de 2 MMm3d en invierno, a un valor de 3,65 dólares el millón de BTU. Se trata de la segunda productora que más volumen aportará, detrás de YPF, en la búsqueda por parte del gobierno nacional de abastecer la demanda interna del invierno y tratar de disminuir el volumen de gas importado.Tecpetrol comprometió inversiones por u$s 1.500 millones a cinco años, de los cuales 350 millones de dólares los desembolsará durante 2021. Fue el segundo mayor oferente en la licitación del Plan Gas.Ar.El 16% del gas de la provincia de Neuquén es producido por Fortín de Piedra. Si se tiene en cuenta sólo la producción de Vaca Muerta, el yacimiento de Tecpetrol representa el 24% del total del gas no convencional.

Otra de las empresas importantes en el negocio del gas, es Pampa Energía, de Marcelo Midlinque tiene activos en producción y transporte de hidrocarburos, así como en generación de transporte y distribución de energía eléctrica. Pampa energía produce el 7% de todo el gas del país, pero sobre todo tiene grandes reservas de gas para desarrollar en el futuro y por supuesto presiona con los precios para poner en producción sus reservas. A este hombre, que creo que ahora se fue a vivir a Miami, le fue muy bien durante el gobierno de su amigo Macri.

Otra de las empresas importantes en este negocio del gas es CGC (Compañía General de Combustibles).La petrolera pertenece a la Corporación América Internacional, de Eduardo Eurnekian, que también tiene inversiones en aeropuertos, agroindustria y tecnología y tiene un yate que navega por las aguas del mediterraneo. CGC es líder en la producción de gas en la Cuenca Austral argentina y es la accionista co-controlante de la mayor red de transporte de gas del norte y centro-oeste del país (TGN, Transportadora de Gas del Norte), con conexión con Chile, Bolivia y Brasil. Su especialización es la exploración y producción de hidrocarburos (upstream) en la Cuenca Austral.

El Esquema de Gas 2020/2024 se propone asegurar un umbral mínimode producción, para este año de manera tal de asegurar en lo posible el abastecimiento de la demanda local en particular para el invierno y trabajar para garantizar que la industria tenga abastecido sus requerimientos para volver a encender los motores de la economía, sin presionar excesivamente sobre el costo fiscal. En el mediano plazo la apuesta sería que esté en funcionamiento todo el esquema de producción y transporte para poder establecer planes de exportación en especial a Chile y Brasil que ya están interconectados con infraestructura y garantizar la oferta exportadora para todo el año y no solamente el sobrante que se produce en verano.

Sin ser experta en la materia, no se requiere mucha perspicacia para entender que la dinámica de la producción y abastecimiento de gas responde a la lógica del poder económico, en este caso con muchas empresas que se consideran nacionales de acuerdo al DNI de sus propietarios pero que no tienen nada de empatía con un pueblo que viene muy golpeado de los 4 años de Macri y luego la pandemia y tienen casi de rehén al gobierno y a todos nosotros.

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