Mirta Botzman.
En su clase magistral de economía, en el plenario de la CTA, la vicepresidenta describió con una claridad meridiana el proceso inflacionario de nuestro país, que lo vinculó directamente a la fuga y consecuente escasez de dólares en una economía bimonetaria como la nuestra. La vicepresidenta se basó, entre otras fuentes, en datos proporcionados por un documento titulado “Informe sobre evasión fiscal” elaborado por el equipo económico del Instituto Patria en base a un estudio de la Universidad de las Naciones Unidas que funciona en Tokio dado a conocer por la periodista especializada en economía Estefanía Pozzo, en el diario Ámbito Financiero. Según ese documento, en 2017 y 2018 se perdieron el equivalente a u$s21.000 millones cada año producto de la evasión fiscal, es decir, que el país podría haber recaudado en dos años genuinamente el monto solicitado al FMI.
No caben dudas que, combatiendo la evasión fiscal, pagaríamos sin inconvenientes los pagos anuales, dicen en el documento los economistas del Patria. Señalan los colegas que, hay una fuerte relación entre la evasión fiscal, la fuga de los dólares del sistema financiero argentino y los problemas cíclicos de faltas de divisas en el país. La famosa “economía bimonetaria” de la que siempre habla la vicepresidenta.Durante su discurso en la CTA, CFK dio algunos datos relevantes, por ejemplo, mencionó que en la Argentina “la recaudación representa el 28% del PBI cuando debería representar el 45% del PBI”, siempre en base al documento del Patria.
También Cristina mencionó el “festival de importaciones” y aunque desde el gobierno dijeron que no estábamos ante un festival de importaciones, el Banco Central, el lunes pasado tuvo que tomar una serie de medidas para tratar de preservar lo poquito que nos queda de reservas internacionales, alarmados por el récord de importaciones de mayo. El tema es que frente al agotamiento de reservas se aceleran los movimientos especulativos contra el peso y eso es una fuente importante de aceleración de la inflación además de aumentar las presiones para la devaluación de nuestra moneda. La pregunta que no me cansaré de hacer es porque hay que esperar al límite de llegar con la lengua afuera por la sequía de divisas cuando se podrían haber tomado medidas con anterioridad.
Cada vez resulta más claro que los señalamientos de la vicepresidenta tienen que ver con la desesperación que produce la inacción frente a los embates especulativos y desestabilizadores de los grupos económicos dominantes que incluye empresarios, banqueros, medios de comunicación, fondos de inversión parecidos a los buitres y la oposición política que no paran de hacer esfuerzos por desestabilizar. Las tardías medidas son adecuadas y veremos si alcanzan efectivamente a frenar el ataque especulativo contra nuestra moneda o se requerirán nuevas medidas.En síntesis, el paquete de medidas tomadas por el banco central apunta a evitar el sobrestockeo por parte de empresas que apuestan a una devaluación sobre el tipo de cambio oficial, acelerar la liquidación sojera estockeada en los silos bolsa e incentivar a las grandes firmas a que busquen financiamiento externo.
Los funcionarios del gobierno aseguran que este ajuste en la oferta no impactará en la actividad, las medidas tomadas tienen un horizonte temporal hasta setiembre cuando se espera que comiencen a liquidarse nuevamente las exportaciones de granos.Para garantizar el arribo de insumos productivos, armaron una mesa de monitoreo con la Unión Industrial Argentina. Es decir, se está intentando no afectar la producción, la que ya registró un leve retroceso en el último mes, pero debido a la retracción en la demanda por la caída en el poder adquisitivo de los ingresos por la aceleración inflacionaria.
El cierre de las dos primeras jornadas con el nuevo esquema de administración del comercio arrojó un dato alentador: el Banco Central compró alrededor de u$s400 millones a pesar de que tuvo que pagar más de u$s100 millones por importaciones energéticas, producto de la disparada de precios a nivel internacional. Se trata de la compra diaria,por parte del Banco Central,más alta desde marzo y una de las cinco más importantes de los últimos dos años.Como señalamos, uno de los objetivos que persigue el Gobierno es evitar el sobrestockeo por parte de empresas que apuestan a una devaluación del tipo de cambio oficial en el contexto de una elevada brecha cambiaria y en el Ministerio de Desarrollo Productivo, esperan que con los mayores controles se reduzcan los pedidos de importación.Desde Banco Central también esperan que se incremente el financiamiento internacional para las importaciones. La expectativa es que, sobre todo las multinacionales, puedan gestionar créditos en el exterior o pagos diferidos a sus proveedores. En el Gobierno estiman que estas medidas le permitirán atesorar u$s1.000 millones mensuales extra en las reservas internacionales. Veremos. Las pymes por su parte obtienen mayor flexibilidad para acceder a las divisas.
Tenemos que resaltar que no es que la vicepresidenta esté en contra de las importaciones sino que se trata de priorizar las que son necesarias para mantener medianamente la reactivación de la producción industrial, pero hay que desalentar totalmente las importaciones de bienes suntuarios como autos de alta gama o bienes finales de cuya importación se puede prescindir perfectamente y no se le va a afectar la calidad de vida a nadie y esto incluye desde prendas de vestir y zapatos, hasta juguetes, yogures o frutas como ananá y kiwi, entre otros, demandados principalmente por ciertos sectores de alto poder adquisitivo pero que obviamente no son una prioridad cuando hay escasez de divisas.
El presidente señaló que las medidas comenzaron a aplicarse luego de la revisión de las metas por parte del FMI y las desligó totalmente de los señalamientos de la vicepresidenta. «Eran medidas que ya veníamos pensando antes», dijo. “Estábamos esperando que el directorio del Fondo Monetario aprobara el primer trimestre para aprobarlas”. La referencia es por la revisión trimestral del organismo sobre las metas del crédito de Facilidades Extendidas con el que Argentina renegoció la deuda contraída por la gestión de Mauricio Macri.
Según el Presidente, en una charla con los periodistas acreditados a la cobertura que se dio al finalizar sus reuniones bilaterales con líderes del mundo en el marco de la cumbre del G7 a la que fue invitado, tomar antes las medidas sobre las importaciones “hubiese significado un cambio de condiciones respecto a lo que el Fondo había visto y van a ver en el sentido en que se puedan recuperar reservas, que es un problema importante, y también poner en orden las cuentas públicas”.
Las afirmaciones del presidente me sugieren que para el jefe del gobierno es más importante lo que piensan los funcionarios del FMI que lo que piensa la vicepresidenta sobre todo teniendo en cuenta la urgencia por la aplicación de medidas que preserven algo las reservas. Acaso no saben los funcionarios nacionales y los técnicos del FMI que a medida que disminuyen las reservas se agudizan los movimientos especulativos que llevan al dólar ilegal y a los financieros a ampliarla brecha con la cotización oficial y esto a modo de circulo vicioso exacerba la especulación tratando de provocar una devaluación mayor a la que viene realizando cotidianamente el Banco Central. Creo que, para todos, los funcionarios y nosotros los ciudadanos de a pie una devaluación más brusca de nuestra moneda es una catástrofe en términos de poder adquisitivo de los ingresos fijos (salarios, jubilaciones, AUH, planes, etcétera) y de aceleración de la inflación. Precisamente fue llamativo que el presidente del Banco Central dijera en un programa en la televisión pública que las medidas de preservar las reservas estaban dirigidas a tratar de evitar una brusca devaluación denotando la enorme debilidad del Banco Central lo que no hace más que aumentar la inseguridad. Sería bueno además que se asumiera como funcionario responsable y no como comentarista de la realidad, que para eso estamos todos los demás.
Esta semana entraron al Banco Central los 4000 millones de dólares desembolsados por el FMI, tras la aprobación de las metas cuantitativas del primer trimestre. El viernes pasado, el Directorio del Fondo aprobó la primera revisión del programa de Facilidades Extendidas vigentes con la Argentina y además, aceptó flexibilizar, sin necesidad de pedir el famoso waiver, las metas trimestrales intermedias para ajustarlas al shock de precios de alimentos y energía que produjo la guerra entre Rusia y Ucrania pero a cambio de mantener sin cambios los objetivos anuales.Las metas anuales que el FMI considera inalterables son: déficit primario de 2,5% del PIB, US$ 5.800 millones de acumulación de reservas, y 1% del PIB de asistencia del BCRA al Tesoro. Tal vez la más difícil de cumplir sea la meta de las reservas. Si no se cumplen, el FMI puede decidir dar o no dar el waiver, si no lo dá y no desembolsa fondos, no tendremos como hacer frente a los vencimientos con el propio Fondo. Fue el mecanismo utilizado por el organismo para desestabilizar totalmente el gobierno de Alfonsín y el de De La Rua Cavallo y la convertibilidad. Obvio que en una situación de extrema gravedad y después de que el gobierno hubiera provocado algo inédito en la historia económica cual fue el default de la deuda en pesos, el FMI corrió en ayuda de Macri dejándonos en una situación de extrema vulnerabilidad. O sea, el FMI es un actor político y no sólo financiero de mucho peso a nivel internacional.
La verdad es que la actual situación de debilidad de divisas es inaudita.Mientras entre 2019 y mayo de 2022 la balanza comercial, es decir la diferencia entre exportaciones e importaciones fue superavitaria en 46.464 millones de dólares al que hay que sumar otros 3.196 millones de los cinco meses de este año, en los tres años previos del gobierno de Macri fue deficitaria en 9.937 millones.Sin embargo, las medidas de mayor control de las importaciones anunciadas por el Banco Central para restringir la salida de dólares por importaciones, dan cuenta de una suerte de contradicción entre el fuerte superávit comercial y el regreso de la “restricción externa”, fenómeno que pareciera solo explicarse por las particularidades de la economía argentina, el país donde, según la vicepresidenta CFK “mueren todas las teorías económicas”.
Las razones detrás de esta particular situación, pueden hallarse en la estructural fuga de dólares de la Argentina, el mega endeudamiento macrista que dejó sin crédito externo al país y el crecimiento de una industria “acotada”, por tener una gran cantidad de insumos importados, proceso que se inició durante la dictadura cívico militar.
En relación a la fuga de divisas, es posible afirmar que se trata de un elemento que ya tomó un carácter estructural en el país, más allá del modelo económico o partido que gobierne por lo que resulta imperativo volver a fortalecer los organismos de control y que efectivamente se termine el viva la pepa que empobrece a las mayorías nacionales y no permite despegar la economía del país. Es más, hay que poner mucho cuidado en el diseño de cómo se explotará en el futuro el gas y petróleo de vaca muerta y el petróleo de las costas bonaerenses, además del litio y su industrialización para no volver a convertirnos en los hijos de la pavota en manos de capitales transnacionales.
La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.