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Itá Poty Mirí tendrá aula satélite

El Consejo General de Educación (CGE) habilitó un Aula Satélite de la Escuela Primaria Bilingue 867 para la comunidad Itá Poty Mirí de Puerto Iguazú Iguazú a través de una Resolución en la que se especifica que atiende de esa manera «a la realidad y necesidad del lugar, para garantizar el aprendizaje de los alumnos y la inclusión en el sistema educativo; brindando la igualdad de oportunidades».

A los mismos efectos, se crea y afectan horas cátedra de un cargo de nivel primario cumplir funciones de Auxiliar Docente Indígena (ADI) dentro del marco de la Resolución  5828/04 del mismo CGE, «ya que el Estado es el responsable de garantizar la educación intercultural bilingüe», destaca el documento.
En medio de la selva privatizada
La comunidad mbya guaraní Itá Poty Mirí, que se encuentra dentro de lo que se conoce en Iguazú como las 600 Hectáreas y que continúa en alerta «ante el avasallamiento de empresarios inmobiliarios que avanzan sobre sus derechos básicos como tierras, educación, salud, medio ambiente y la cultura ancestral de todas las comunidades de la zona», manifestó sus reclamos al diputado Martín Sereno (Partido Agrario y Social).
En esa oportunidad insistieron en la necesidad de contar con un Aula Satélite para los 40 niños y niñas en edad escolar a los que les resulta muy difícil trasladarse hasta la escuela 867, ubicada en la Aldea Jasy Porá, a más de dos kilómetros de Itá Poty Mirí, por el riesgo de verse obligados a cruzar la Ruta Nacional 12.
El legislador realizó las gestiones ante el CGE, desde donde días atrás su presidente, Mauricio Maidana, le comunicó que ya está acordada la resolución que habilita la creación del aula en la comunidad.
Antes de que se logre el objetivo del Aula Satélite, el cacique Estanislao «Tani» Acosta explicó al diputado Sereno la urgencia de contar con el aula para los niños de las 23 familias de su comunidad. El legislador comentó después que en esa oportunidad «recorrimos la aldea invitados por el cacique y su esposa Andresa Maciel», en un encuentro que «fue conmovedor, pudimos hablar extensa y profundamente y conocer las necesidades y sueños que tienen esos hombres y mujeres, y asumimos el compromiso de gestionar un aula para los chicos y chicas que ahora estudian al aire libre» porque «el cacique y su esposa tomaron a su cargo la instrucción de más de 40 chicos, a los que enseñan en el bosque, bajo los árboles».
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