La dura lucha por la distribución del ingreso
Mirta Botzman.
El gobierno y por tanto más del 90% de la población está en una situación difícil y al decir esto no digo nada que no sepan. Sólo creo que vale la pena reiterar que estamos asistiendo a una exacerbada lucha por la distribución del ingreso desatada por el capital concentrado.
El esmerilado al que están sometiendo al gobierno no parece que sea para su reemplazo inmediato sino para ir matándolo por inanición. En reiteradas ocasiones mencionamos que para la derecha autóctona no habría nada mejor que un gobierno que se dice peronista, terminara antes de la finalización de su mandato por inhabilidad para gobernar con la fantasía que ahora sí podrían borrar de la faz de la tierra a gobiernos populares de ese origen. La interna entre las fuerzas de la oposición política no les permite estar en condiciones de hacerse cargo del gobierno de manera inmediata pero además los focusgroup, que son los estudios cualitativos de opinión a la que son adictos, indican que la población que es consultada requiere que haya un plan de gobierno previamente a decidir el voto. Entonces están escribiendo rápidamente un plan para mostrar. Pero obviamente mientras esperan su turno se niegan a permitir que el ejecutivo gobierne, saque las leyes que necesita, manipulan la opinión pública generando odio y zozobra en la sociedad. Mientras la oposición política despliega esa estrategia, los sectores concentrados del agro, industria y finanzas especulan y presionan por una devaluación.
Esta maniobra de pinzas busca debilitar el Estado, achicarlo, degradarlo, para abrir paso al poder ilimitado de una superioridad privada que defina y perfeccione una estructura primarizadora y antipopular del país. Por eso se pone tanto acento en la cuestión del déficit y su solución por el lado del gasto, descontando para estos sectores el aumento de impuestos progresivos como forma de financiamiento.Todo debe pasar por reducir gastos, es decir afectar los ingresos de los sectores populares, como por ejemplo la tan meneada reforma previsional y laboral, o la limitación de planes y programas sociales, la salud y educación pública, etc. es decir, que en cualquier caso los que pierden son los sectores más vulnerados de nuestra sociedad. Es tan desatada la voracidad del gran capital que aún con las ganancias extraordinarias e inesperadas producto de la guerra en Ucrania o las elevadísimas tasas de ganancias obtenidas durante la pandemia y en lo que vamos sin la presencia masiva del virus, se niegan a pagar una alícuota por esas ganancias inesperadas y siguen presionando por una devaluación para aumentar aún más la rentabilidad de sus negocios.
El gobierno del Frente de Todos (FDT) encabezado por Alberto Fernández asumió con el compromiso de aplicar una política redistributiva que modificara el desastre provocada por la alianza entre los radicales y el pro cuando gobernaron. Estaba claro creo que la modificación en la distribución del ingreso requería de políticas aplicadas con energía, sin titubeos ni vueltas atrás y claramente tuvo todas las posibilidades de aplicarlas, inclusive durante la pandemia con la que le gusta tanto victimizarse el presidente, cuando había alcanzado el 80% de aprobación entre la población.Los salarios, en estos largos dos años y medio de gestión superaron en muy pocos meses a los precios, por lo que la pérdida del poder adquisitivo es abrumadora contabilizando los 4 años de la gestión cambiemita y el período de gobierno del FDT.
La verdad es que llegamos a la situación de vulnerabilidad actual más por errores y falta de convicción para gobernar en un sentido popular que por las acciones desestabilizadoras de los grupos de poder económico que obviamente no faltaron y que diría se multiplicaron al ver que la única estrategia llevada adelante sin desmayos por el equipo de gobierno es la del reunionismo, el cafecito, la cena o el almuerzo y el anuncio de que es van a hacer un anuncio, anuncios que después desaparecen de la escena como si nunca hubieran sido mencionados.
El desorden y la falta de coordinación de las acciones del gobierno somete al conjunto de la población a ver discursos y medidas contradictorias hasta en el mismo día, contradicciones que son obviamente aprovechadas por los especuladores de siempre. El 26, día en que conmemoramos los 70 años del paso a la inmortalidad de la eterna Evita, el presidente dijo, al inaugurar un hotel en el emblemático complejo turístico construido por el peronismo en Chapadmalal gracias al cual miles de niños y niñas de nuestro país pudo conocer el mar, que los especuladores que esconden la soja que significan los dólares que necesita el gobierno, no le van a torcer el brazo y que no va a devaluar la moneda.
Más tarde el Ministro de Agricultura de diálogo fluido con los productores especuladores dijo que hablando en nombre del presidente no se tomarían medidas tales como un dólar especial para los sojeros, ni una devaluación ni nada por el estilo y después de un día entero de negociación entre el presidente del banco central, Miguel Pesce y entre gallos y medianoche, literalmente a medianoche es cuando salió formalmente la resolución del Banco Central le dieron una ventaja adicional a los sojeros, esos a los que el presidente acuso de especuladores.
Sintéticamente el régimen anunciado por el central consiste en que el 70 por ciento de lo que se venda podrá ser aplicado a un depósito a la vista en pesos ajustado por la evolución del dólar (o sea un dólar link), esto significa también una mejora en relación al plazo fijo chacarero pues ese 70% estará en una cuenta corriente y podrán ir retirando lo que quieran y cuando quieran, plata con la que no tengo muchas dudas irán a especular con los dólares en el mercado negro. El 30 por ciento restante podrá utilizarse para la compra de dólares con una cotización equivalente al tipo de cambio oficial más el impuesto País y el adelanto de ganancias. O sea, los sojeros van a poder ir a comprar dólares oficiales, sin retenciones por el equivalente al 30% de lo que vendan y luego si así lo desean los venden el mercado ilegal llamado eufemísticamente blue y encima se hacen la diferencia con la especulación financiera.
El régimen estará disponible para la venta de soja hasta el 31 de agosto. El banco central estima que se acumularon hasta 18 mil millones de dólares sin liquidar. El productor agropecuario Gustavo Grobocopatel, en diálogo con un canal de noticias, consideró que la medida es “un incentivo”, pero “no va a resolver la situación” y defendió el no querer liquidar la cosecha. En contraste, Pedro Peretti que además de ser ex presidente de la antigua Federación Agraria es un pequeño productor de soja mostró su indignación frente a la medida y advirtió que los grandes empresarios del agro le torcieron el brazo al gobierno y sostuvo que existían otras alternativas. Muy enojado, en declaraciones radiales Peretti dijo. “Tuve una cosecha magra por la sequía, pero vendí todo porque consideré que el dólar estaba en un valor adecuado, ahora me entero que los que especularon y fueron contra el gobierno van a cobrar un 15 por ciento más”. Lo de Peretti es lo que les pasa a todos los pequeños y medianos productores que no tienen espaldas financieras para tener millones de dólares guardados en silobolsas. Esto sólo contribuye a aumentar aún más la concentración de la tierra. La medida no deja contentos ni a los pequeños ni a muchos de los grandes, de hecho, la sociedad rural salió a criticar y como dijimos Grobocopatel dijo que es insuficiente.
En realidad, sería muy bueno comprender en que estaba pensando Pesce que toma esta medida, aparentemente de manera unilateral, mientras la ministra Batakis se tomaba el avión de regreso de ir a mendigar misericordia al FMI. En el país tenemos o deberíamos tener fresco en la memoria que fue el FMI quien al negarse a desembolsar fondos le dio el empujoncito final a Alfonsin, a De la Rua e inclusive a Macri después de ayudarlo con los 45 mil millones que se fugaron. Ahora no se si le dio una palmadita en el hombro a la ministra o la está comenzando a empujar y con ella al gobierno de Alberto Fernández. El hecho que Biden no haya fijado una nueva entrevista con nuestro presidente con quien no pudo reunirse por estar con covid no es una señal de mucho apoyo en un momento de tanta inestabilidad y vulnerabilidad como la que está atravesando la institucionalidad en nuestro país.
La ministra Batakis que quiero reiterar, tuvo la valentía de la mejor militante popular, tuvo que ir a presentarse y hacer un acto de fe fiscalista, esperemos que alcance. Los empresarios privados con los que se reunió en Washington manifestaron su agradable sorpresa al comprobar que sus aptitudes y solidez técnica era superior al ministro formado en universidades americanas que no conocía nuestro país, como lo reiteramos en algunas oportunidades con anterioridad.
La actual corrida financiera y movimientos desestabilizantes si bien lamentablemente no son novedosos, en este momento es casi insólito y diría autoprovocada y podía y debería haber sido evitada. En realidad podríamos decir que los errores comenzaron desde la ley de emergencia al inicio de la gestión de Alberto Fernández cuando se autolimitó en cuanto a las retenciones, pasando por la marcha atrás con Vicentín que tan bien nos hubiera venido y siguiendo por una sucesión casi infinita de vueltas atrás, medidas desmentidas, medidas no apoyadas, cambios no realizados, controles no puestos en práctica, etc.etc.etc.
Hoy la situación productiva del país está en un buen momento. Todavía la capacidad instalada en el sector industrial no está plenamente ocupada, es decir que hay capacidad para seguir creciendo sin necesidad de realizar grandes volúmenes de importaciones para ello. Si bien los índices de desocupación bajaron mucho, aún con estos magros salarios todavía hay trabajadores buscando trabajo, también hay sectores que ganan buenos salarios que tienen capacidad de consumo y dispuestos a gastar en el mercado interno.Sólo se hubiera requerido haber tomado desde hace tiempo medidas muy firmes para controlar los precios y evitar la sangría durante estos dos años y medio de los dólares que entraban al Banco Central. Ahora que ya no quedan divisas, cuando el Central retacea los dólares baratos para importación, los importadores van a proveerse de divisas en los dólares financieros (el contado con liqui y en el dólar bolsa) esa demanda a su vez eleva dichas cotizaciones azuzando la especulación contra el peso. Aumentado por los medios de comunicación estos movimientos generan en las clases medias con capacidad de ahorro la compulsión a comprar dólares al valor que sea, por las dudas.Tantas veces nos quemamos con leche en nuestro país, que vemos una vaca y lloramos.
Hoy es imperativo evitar la devaluación del peso, tal vez el acuerdo ruso ucraniano de abrir los puertos para que salgan las commoditiesque también exporta Argentina,muy probablemente hará descender los precios y seguramente los especuladores se apresurarán a vender los stocks de los silobolsas….
Está claro que, si el gobierno no se resiste a la devaluación, esto provocará una disparada aún mayor de los precios y muchos más de nuestros compatriotas caerían en la pobreza. Sólo se beneficiarían los sectores exportadores y los grandes tenedores de divisas, en definitiva los especuladores habrían ganado la batalla contra el pueblo argentino.
La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.