Por Carlos Resio.
Ya no debería ser desconocido por todos en nuestra región que la madre del borrego es el interés de las potencias por nuestros bienes naturales y frenar el desarrollo de las naciones que podrían pretender su control. Inicialmente fue Europa y sus potencias coloniales e imperialistas, luego EEUU y, quien sabe, lo más seguro es que mañana sea China. Cada uno con su estilo según el clima mundial y el grado de desarrollo de las partes. Porque no debemos ni siquiera pensar que en caso de que sea el imperio de la seda el que gane la pulseada habría alguna consideración al momento de enterrar la cánula de extracción. Ya no es descabellado asociar el período de los años felices en nuestra región al distractivo que significaron las acciones bélicas llevadas a cabo por los EEUU y la OTAN en Asia, África y los Balcanes para ordenar ese flanco lo que hizo que nos quitara por un instante la garra de encima. Pero distractivo no es olvido y mientras los yanquis se encargaban de masacrar afganos, iraquíes, libios y somalíes, también se ocupaba pacientemente de preparar el siguiente capítulo americano y designaban ingentes fondos para capacitar cipayos y traidores con nuevas técnicas de intervención como ser la formación, adoctrinamiento y compra de jueces, medios periodísticos, periodistas y políticos para lograr lo mismo que antes lograba con las fuerzas armadas y de seguridad. Cambió el sable por la mentira y el código penal pero los ejecutores locales del plan siguieron siendo los mismos.
Hoy, la puja entre EEUU y China por el litio, el gas, el agua y los minerales se ha transformado en una guerra sin cuartel y según el escenario se desarrolla con la vieja herramienta bélica, como en Ucrania, o la presión través de la mentira informativa, la persecución legal o la conformación de la política del odio y el desencanto igualmente violentos aunque por ahora sin matanzas. No hay otra razón de lo que estamos viviendo si no es la avidez del capitalismo neocolonialista por adueñarse de los bienes naturales que alimenten sus negocios.
En Argentina son los alimentos, el litio, el gas, el petróleo de alta mar, los minerales y el agua, el imán que atrae desgracias en lugar de sumar desarrollo para nuestro pueblo porque, si bien Argentina está en amplia desventaja en el balance de fuerzas, existe en nuestro país una tradición de lucha, de resistencia y de empecinamiento por forjar un destino soberano que choca desde su nacimiento con una “casta” parasitaria a la que lo único que le interesa es asistir a los salones parisinos a tirar manteca al techo mientras su capataces y gerentes sueñan con que algún día se los considere parte de ese parnaso y para eso no dudan en traicionar a su Patria a cambio de hambrear, perseguir y apalear a sus compatriotas para beneplácito del gran capital extranjero
Hoy, como otras veces y si sabemos mirar a través de la polvareda, podemos ver esos mismos hilos moviendo los actores que expresan la violencia, el odio funcional y el desprecio por el pueblo argentino y como también los han tejido paciente y hábilmente en la estructura del campo nacional y popular sembrando el miedo, la desconfianza, el resentimiento y el desconcierto luego de neutralizar, también por graves errores propios, el liderazgo de Cristina Fernández. El hecho de que hoy se nos ofrezca a Serio Massa como el candidato para que nuestro espacio enfrente las elecciones nacionales es muestra del efecto pernicioso de las técnicas y acciones llevadas a cabo según el manual de instrucciones imperial. Y no es que ese manual esté disponible en el último tiempo, la debacle alfonsinista y la constitución de 1994 eran el prólogo de lo que hoy estamos viviendo. El impasse que significó la década kirchnerista no alcanzó para imponer para nuestra patria un plan de liberación porque, seguramente neutralizados momentáneamente pero no desactivado, los factores del poder antinacional y antipopular solo hibernaban y hoy los podemos ver campantes a través de sus personeros que son los mismos que desaparecieron 30.000 argentinos y saquearon el país en los 70´s, lo regalaron y achicaron en los 90´s, los responsables de 40 muertos en la plaza de mayo y otros tantos en las distinta provincias y los que zaquearon y condicionaron a la argentina en solo 4 años de la segunda década de este siglo. Y digo que el ascenso de Massa hasta este punto es un efecto de aquello porque si no, no se explica como un representante de los mismos intereses pero con otro perfil y con una mínima representación sea hoy nuestro candidato.
Sergio Massa, el que me resulta como apretarme un dedo con la puerta, es el mismo que aplaudió el encarcelamiento de Milagro Sala y se asoció con su carcelero, el que reconoció a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, el que largaba zapos y culebras hablando de los Kirchner como se mostró en el libro Argenleaks de Santiago O´Donell (2011), el mismo que tiene aceitados contactos y relaciones con el alto “stablishment” y que entra sin golpear en la embajada yanqui. Sergio es el que viajó a Davos con Mauricio quien, según el diario La Nación de esa época (1), lo posicionó como el próximo líder del PJ pero que antes, fue el mismo Néstor Kirchner quien le vaticinó en 2008, “Vos vas a llegar, porque tenés ambición, amigos con plata y, sobre todo, porque sos un hijo de puta” (2). Hace menos de 6 años, en octubre del 2017 Massita le decía al teledoctor Nelson Castro: “yo con el kirchnerismo no voy ni a la esquina” y ni hablar de lo que decía el kirchnerismo de él en esos tiempos que parecen la prehistoria.
¿Entonces cómo es que llegamos hasta acá? Si hasta nuestra propia referente no quitó la posibilidad de ser parte en nuestra provincia aliándose con nuestro adversario. La política: el arte de hacer posible lo imposible no es para pichados ni para ansiosos y cada uno sabrá donde se ubica. No hay manual ni directivas demasiado convincentes, menos para la militancia silvestre o periférica que se siente con derecho de ser considerada parte del plan. Y siendo que como decía Aristóteles en la voz del General, la única verdad es la realidad y reconocida hay que enfrentarla. Entonces, ante esta realidad, como decía mi bisabuelo Chito “¿Cosa fare con ilcane?”
Puesto a pensar, necesario y obligatorio hoy más que nunca, y tratando de dejar la bronca en la heladera me pregunto, ¿es lícito considerar que Cristina se equivoca e ir contra su decisión porque no me gusta la propuesta si hasta un segundo antes la consideraba la conductora del espacio desde su inalcanzable estatura?
Tenemos mucho para perder y los matones del mundo nos miran solo como una presa a quien hincar el diente sin importarles nada del pueblo que habita nuestro suelo. Les molestamos y no dudarían en eliminarnos si los dejamos.
Si Sergio Massa se mostró antikircherista, si tiene relación con la embajada estadounidense, si tiene amigos entre miembros del odiado círculo rojo, si alguna vez coqueteó con Macri, si opina lo que opina sobre Milagro, si no expresa convicciones patrióticas en el sentido nuestro o ansias por ver una latino américa unida y es ambiguo en esos sentidos.¿Qué sería entonces abandonar la propuesta, darle la espalda y entregar el país al espanto que imagino en caso de gobernar Juntos por el Cambio?, ¿Qué promete hacer Juntos por el Cambio en los temas que le desconfiamos a Massa? ¿No podemos pensar a esta altura que quienes conducen nuestro espacio aprendieron algo de la fallida experiencia con Alberto Fernández y quienes acompañan a Massa estarán cerca para evitar desvaríos irrecuperables? Hay indicios que indican que hay trabazones en ese sentido aunque el desconcierto no nos deje tranquilos.
No sé si Massa es un quintacolumna, si sé que es un retroceso, pero como dijo Cristina en el acto en Aeroparque, también hay que comprender el contexto y yo digo, de nada vale llorar sobre la leche derramada. Hay mucho para perder y muchos compatriotas pueden sufrir lo indecible de llegar al gobierno cualquiera de los candidatos de la derecha, cualquiera, mientras que de ser Sergio Massa el presidente aún queda una esperanza de tener espacios desde donde incidir en la realidad nacional sin que nos apresen o nos maten a palos. Caso contrario, imagino un largo período de amargura. Y no me parece justo que solo para que no se me señale como el que votó a un derechoso y tranquilizar mi consciencia personal me embarque en pequeños proyectos contestatarios ya la vez abone, creo que de forma irresponsable, la posibilidad de que miles de argentinos y argentinas se hundan aún más en la miseria, pierdan toda esperanza de aspirar a una vida feliz y que en vez de eso tengan cárcel o bala.
Ya sabemos que es posible un país mejor, tenemos que intentar tenerlo nuevamente.
(1) https://www.lanacion.com.ar/politica/en-davos-macri-posiciono-a-massa-como-el-proximo-lider-del-pj-nid1864395/
(2) https://noticias.perfil.com/noticias/politica/la-profecia-de-nestor-que-massa-todavia-no-puede-cumplir.phtml
Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3