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Las ranas pidiendo un rey

(Carlos Resio) Tengo un amigo talentoso pero algo contradictorio. Mi amigo muestra preocupación por la inclusión de niñes con síndrome de down y últimamente también por las personas hipoacúsicas bregando por que se garantice el uso del LSA en organismos oficiales. Él mismo aprendió a utilizarlo. Pero pasa algo con este amigo “inclusivo”. Su lenguaje tiene clichés reaccionarios y eso me desconcierta. Mientras tanto votó a un gobierno que entre sus primeras medidas le saco la ayuda a miles de ciudadanes con capacidades diferentes y aún así defiende su elección aunque ahora expresa que son todos lo mismo y la política no le interesa.

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Carlos Resio en La 99.3 el 30 de Septiembre de 2020

Una de sus posturas que me intrigan es su rechazo a la intensidad de las demandas del espacio LGBTQ+ y especialmente a lo que él considera una estupidez, el uso de la letra e en el lenguaje inclusivo. Lo expresa como algo que va en contra de su propia idea de inclusión, como si ese concepto tuviera intención de quitarle fuerza a su  prédica. Se encarga, cada vez que tiene oportunidad, de destacar que el LSA es el lenguaje verdaderamente inclusivo y no el del uso de la letra e. Es como un cruzado contra la e. Creo que la idea de que se contraponen es un gran error.

Entiendo la cara de desagrado de les puristas del lenguaje o a quienes tienen unos cuantos años y les queda incómodo usarlo aunque quieran, pero, en casi todos los casos, al profundizar en una charla, expresan una comprensión de la magnitud política del hecho incómodo. Me llama la atención, en les que se niegan a aceptarlo, su resistencia a admitir una lucha distinta. Pueda imaginar el origen de tal rechazo. Una de las causas que puedo ensayar es su profundo anti kirchnerismo y la vinculación que, seguramente, hacen de esta modificación política del lenguaje con este espacio y no porque no comprendan la necesidad de la pelea y el valor simbólico que incluye.

Traigo este ejemplo porque me parece encontrarlo muchas veces en nuestra historia nacional. Los propios socialistas, precursores con Alicia Moreau de Justo y Alfredo Palacios del voto femenino por lo que lucharon décadas, criticaron la sanción de la ley solo porque la consideraban propia cuando la lucha era de las miles de mujeres que a favor y en contra pudieron, por fin, emitir su voto. También es el caso de una parte importante de la clase media que miró para otro lado, cuando no fueron respaldo, en los golpes de estado que cortaron de un tajo su propio fortalecimiento y movilidad ascendente. O aquellas clases populares, que habiendo ascendido y ganado en derechos en los gobiernos kirchneristas le dieron la espalda seducides por mentiras flagrantes. En todos los casos escupiendo contra el viento.

El fenómeno no es nuevo ni excluye a ningún segmento de la sociedad. Solo la clase que detenta el poder real tiene conciencia que sus propios intereses. Claro que encontramos militantes que intentan cambiar la realidad en sus colectivos de pertenencia. Pero parece no ser suficiente, ni en número ni en intensidad. Los mecanismos que colonizan conciencias son eficientes y no tienen contraparte. Por ahora.

Los argumentos que utiliza la derecha para avanzar sobre los intereses de las mayorías han ido variando según los tiempos y las circunstancias. Cuando no era la barbarie, era la chusma, el fascismo o el comunismo. La corrupción como arma de desprestigio siempre fue utilizada sin necesidad de pruebas utilizando el exacerbado valor de la honestidad como virtud. Es encargan de destacar la pobreza con que se retiraron los presidentes a quienes ellos mismos ayudaron a derrocar como es el caso de Illia. El mismo Pepe Mujica no se les cae de la boca y estoy seguro que lo odiarían si fuera de los nuestros como lo odia parte de la clase media en Uruguay. Estos argumentos no caen en saco roto. Es cierto que se necesitan mecanismos, engaños y dinero para que estos argumentos cundan y tengan su efecto pero no es menos cierto que también necesitan una sociedad receptiva y susceptible. A un pueblo formado no es necesario explicarle la ilegitimidad de dos ministros de la corte por haber aceptado integrarla por mecanismo ilegal. ¿Hay que explicarlo? Hoy si, y ahí están les tipes, poniendo en zozobra la institucionalidad de la nación mientras dirigentes de la oposición aseguran, después de haber perdido las elecciones y mostrando una catástrofe como logro de gobierno, que están listes para reemplazar el gobierno. Habrase visto tanto descaro.

La corrupción endilgada a la política es el paraguas que te permite ser un mal ciudadano sin que se note. Habilita a decir “no me meto porque la política es sucia” o “no pago los impuestos porque los políticos se enriquecen con mi dinero” y cosas asi. Tapa su propia defección ciudadana. Esto se lo robe a Emilce Moler de su presentación del libro la Larga noche de os lápices cuando describía a la actitud de sus vecinos en la plata cuando, después de ir presa, le daban vuelta la cara cuando meses antes era la nena simpática y les hacía los mandados. Econdían su complicidad. Pero también está el caso del que vive en la entrada de la villa y se avergüenza de los que viven adentro. O aquellos padres que consigue que une de sus hijes se convierta en profesional gracias a una nueva universidad pública en su ciudad pero critican la asignación universal por hijo. No quiero generalizar, pero conozco personalmente casos así. Es muy difícil matar esta rémora. Los cambios culturales necesitan mucho tiempo para consolidarse. Es difícil pero es obligatorio. Nos va la vida.

En nuestra provincia tenemos mucho por hacer, deberían saberlo quienes ocupan los cargos a los que ayudamos a llegar. No es con este gobierno renovador con el que vamos a ayudar a la transformación.

La derecha lo sabe, ahí están de muestra los muñecos de Zamba destruidos en Tecnópolis. Con saña. Destinatarios del odio porque en ellos ven el peligro de un pueblo descolonizado. Pues entonces, ¡vamos Presidente! Convóquennos para ser comunicadores, para ser quienes anunciemos la nueva América. Transformemos la escuela de una vez. Conviértanse les docentes en la voz de la igualdad. Salgan les maestres que faltan del lugar en que están, paralizados, a hacer su aporte codo a codo con les demás trabajadores.

El lunes fue el dia de Acción global por el acceso al aborto legal y seguro. Acaso no tiene el presidente un 70% de opinión positiva para la aprobación, acaso no tiene a un mar verde de compañeras que puede convocar. Deles un rol a las compañeras señor presidente.¡La aprobación de a ILE es un hecho! ¿O acaso no está tan convencido? Por todo esto, vayamos por un sistema educativo unificado y nacional que forme ciudadanes antes que obedientes trabajadores. Mientras tanto la militancia sostendrá las banderas. Pero no se olvide de ella, ya se lo dijo Cristina, “¡presidente, confíe en su pueblo!” y yo digo, un pueblo participando y comprometido no rogará por un rey que se lo termine comiendo como el rey de las ranas. Tenemos una nueva oportunidad, no la dejemos pasar sin pelear.

El Manifiesto Argentino es un colectivo integrado por ciudadanos y ciudadanas de toda la república, y todas las profesiones y actividades, que ha instalado ya en la agenda política de la República Argentina algunas ideas hoy fundamentales para la vida nacional. En primer lugar la necesidad de una Reforma Constitucional profunda y popular de la que resulte una Nueva Constitución Nacional.

Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3

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