jueves, noviembre 21, 2024
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Lo que los medios de Misiones no nos cuentan

(Por Mariquita Torres) No es la primera vez y no será la última. Forma parte de la línea editorial de la mayoría de los medios de la provincia: ignorar o minimizar o apenas reproducir eventualmente los partes de prensa de las representaciones del proyecto nacional y popular en Misiones, sus convocatorias, sus movilizaciones o sus proyectos.

Este martes 1 de febrero la movilización fue frente al Juzgado Federal de Posadas como parte de las cientos de manifestaciones que en todo el país clamaron al unísono la renuncia de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, un nuevo sistema judicial y el juicio político a todos aquellos jueces que ignoran o descontextualizan denuncias de corrupción, espionaje ilegal y persecución política a dirigentes populares interpuestas contra representantes de la derecha que gobernó el país entre 2015 y 2019, los mismos jueces que se prestan indignamente al armado de causas sin pruebas pero con el necesario sostén de los medios hegemónicos, todos ellos: dirigentes de la derecha, jueces y medios conformando un entramado que se denomina “lawfare” y que en Argentina como en toda Latinoamérica constituye la herramienta para desprestigiar, perseguir, encarcelar y proscribir a dirigentes populares y desestabilizar los gobiernos progresistas.

Fotos Patricia López Espínola

Pero el reclamo no se limitó a la justicia federal, sobre la justicia misionera también hubo duras críticas. Nadie –salvo los medios- desconoce las insistentes arbitrariedades del sistema judicial local. Causas que se “cajonean” cuando involucran a señores/as del poder político y económico local, hechos de corrupción que nunca se investigan (Misiones parece un paraíso donde nadie en ejercicio de funciones públicas o privadas comete delito de corrupción alguno, aunque sospechas y por radio zoo los hechos superan todo lo imaginable y al menos ameritarían ser investigados), detenciones y sentencias tan arbitrarias que hasta la CSJN ordenó anular una causa por falta de pruebas y por la que tres jóvenes estuvieron encarceladxs cerca de ¡15 años! y una de las víctimas finalmente se quitó la vida ya en libertad afectada psicológicamente en extremo por tamaño crimen contra su persona. El Superior Tribunal de Justicia de Misiones, bien, gracias, sigue allí, intocable, nadie inició juicio político, ni legisladores ni magistrados organizados ni el Ejecutivo provincial. También a esto se lo puede denominar “nado sincronizado”.

La movilización, convocada en Misiones por el Frente de Todos (representación que sumó 100 mil votos en las últimas legislativas nacionales), convocó a centenares de militantes, quienes pacíficamente (porque si hubiesen ocurridos “hechos de violencia” o “desmanes” por ínfimos que fueran eso sí sería “noticia”) atendieron los planteos de sus referentes, hicieron sonar bombos y desplegaron sus banderas ocupando la avenida Mitre frente al juzgado y toda la plazoleta de esa zona. Pero no, los medios no estuvieron, no consideraron noticiable que más de un millar de misioneros y misioneras se hayan movilizado en reclamo de justicia para todas y todos. Ni hablar del silencio sobre otras movilizaciones por la misma razón en otros puntos de la provincia.

No interesa, no lo consideran noticiable (si en este ninguneo hay algún criterio de noticiabilidad), responden al unísono al “nado sincronizado” que se impone desde algún poder político provincial, o sencilla y tristemente hace tiempo el periodismo dejó de ser un oficio y en su lugar solo se impone la lógica del mercado: pagás y se publica.

Lo cierto, a la luz de lo que refleja la mayoría de los medios misioneros, sobre todo los medios gráficos aunque no escapan los radiales y televisivos en muy poco menor medida, el derecho humano a la información dejó de ser un objetivo y el periodismo perdió la batalla.

Quienes transitamos y somos parte de ese colectivo no menor de organizaciones políticas, gremiales y sociales que insistentemente ocupamos el espacio público en reclamo, reivindicación o protesta hemos naturalizado que los medios no muestren el más mínimo interés por esas voces que se alzan organizadas cada vez que un tema impone movilizarse.

Para el caso que dispara este análisis, algunos pocos medios digitales, muy pocos, publicaron la gacetilla de prensa del FDT convocando a la movilización del 1F. En el caso de los dos principales medios gráficos: El Territorio y Primera Edición, para el primero acá no hubo convocatoria y este martes no pasó nada; en el caso de Primera, el lunes publicó la gacetilla y como la movida era a dos cuadras de su redacción mandó un fotógrafo (estimo) y con la misma gacetilla publicó una foto de la manifestación sin dar la más mínima cuenta de lo que realmente ocurrió frente al Juzgado Federal. Ni hablar de otros medios que a la luz del recorrido realizado por sus sitios acá no pasó nada.

Pero lo más increíble es que muchos de esos medios, entre ellos El Territorio y Primera Edición, publicaron la movilización que por las mismas razones se realizó en la Ciudad de Buenos Aires, de hecho de esa convocatoria se desprenden las que se replicaron en todo el país, también en Misiones. Es decir, en Misiones los medios de comunicación (o desinformación) no ejercieron las más elementales reglas del trabajo periodístico: si hubo una convocatoria nacional y en Misiones hubo una convocatoria en consonancia, es de perogrullo suponer que el medio se ocupará de cubrir lo que ocurra en la provincia de su competencia, observar los hechos, escuchar los reclamos y planteos, fotografiar la manifestación y dar cuenta de ello en sus páginas. Cada cual sabrá cómo tratará el tema, si se ceñirá a los hechos tal cual fueron vistos por el cronista, si editorializará en pro o en contra o con ecuanimidad, qué lugar le dará en su portada (porque convengamos una convocatoria como la que tuvo el 1F en Misiones amerita al menos lo que se conoce como un “pirulo de tapa” sino la foto principal). Pues nada de eso ocurrió, nada de nada, el periodismo perdió la batalla contra los poderosos que ordenan silenciar las voces de las representaciones populares.

Y un dato no menor: cualquiera del campo popular que quiera que alguna de sus acciones sean cubiertas por algún medio, en lugar de convocar a esos medios a conferencias de prensa debe obligatoriamente acudir a la plaza 9 de julio de Posadas, frente al ingreso a la Secretaria de Prensa del Gobierno, entre las 9 y las 11 de la mañana, de lunes a viernes, donde se podrá tener algún par de micrófonos entre los tantos movileros de radios y canales que esperan frente a la Casa de Gobierno información oficial (a esas no se les niega ni una línea, y ni hablar de profundizar más allá de la versión oficial sea cual sea el tema). Llamar a conferencia de prensa en cualquier otro lugar es una apuesta al fracaso.

Otro dato: una opción con alguna posibilidad de que los hechos se publiquen es que las organizaciones envíen al cabo de las movilizaciones gacetillas con la crónica de lo ocurrido. Así, algunos lo publican, algunos textualmente sin edición propia, otros limitan su edición a recortar el texto que reciben al criterio de su propia línea editorial. Nuevamente, los periodistas del medio y el periodismo pierden la batalla.

Hasta aquí una mirada, como militante popular y como periodista militante, sobre la fenomenal ausencia de periodismo en nuestra tierra colorada. Quedará para otro análisis de medios la ausencia de debates políticos y de toda actividad política partidaria, incluso, lo que es aún más grave, en procesos electorales; la excesiva presencia de información oficial sin constatasión con la realidad involucrada; la excesiva información policial oficial y el nulo tratamiento de las causas y los debates en la justicia, entre otros que no son pocos.

Nota: Un aporte a la comprensión y reflexión: https://www.cels.org.ar/common/documentos/acceso_informacion_como_derecho.pdf

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