El reconocimiento en la Legislatura provincial del escritor Marcelo Moreyra con el Premio Andresito de la Literatura 2018 provocó un sisma en el seno de la Sociedad Ardentina de Escritores de Misiones (Sadem), que preside Aníbal Silvero. El historiador y escritor Pablo Camogli hizo pública su renuncia a la Sadem y fue seguido por los escritores Roberto Parodi y Teura Roja, todos ellos alegando su disconformidad con la premiación a Moreyra por haber operado como «agente de reunión» del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército durante la última dictadura cívico militar.
El Batallón 601 fue uno de los organismos de reclutamiento de agentes de inteligencia a quienes se les encomandaba la infiltración en organizaciones políticas, sociales, sindicales y estudiantiles, entre otras, para luego señalar a personas que eran secuestradas y miles de ellas desaparecidas y/o asesinadas por el terrorismo de estado en la Argentina.
Moreyra ya había sido denunciado por organismos de derechos humanos de la provincia en 2013, oportunidad en que se suspendió la entrega de un premio a los intelectuales que hayan reflejado en su obra la tragedia que vivió el país entre 1976 y 1983.
Con esos antecedentes, apenas se hizo pública la entrega de los premios promovidos por la Sadem y entregados por la Legislatura provincial, Camogli renunció ante el presidente de esa institución, Aníbal Silvero, e inmediatamente se conocieron las renuncias el tesorero de la Asociación, Roberto Parodi, y la socia Teura Roja.
Camogli expresó en su renuncia que lo hacía por «la presencia entre los socios de un “agente de reunión” del Batallón 601 durante la última dictadura cívico-militar, quien además fue homenajeado a propuesta de la institución que Ud. preside en una ceremonia que se realizó en la Cámara de Representantes de la provincia».
El historiador señaló a silvero que, «pese a que usted conoce los antecedentes de la complicidad con la represión ilegal, la inteligencia clandestina y el espionaje de Marcelo Moreyra, lo mantuvo como socio de la institución y propuso su nombre para recibir el premio»,con lo cual, «frente a esto, me veo en la obligación moral de dejar de pertenecer a la SADEM. Lo hago en la firme convicción de que los Derechos Humanos y la política de Memoria, Verdad y Justicia son indeclinables en nuestra patria y nos obligan a todos los argentinos a mantener un comportamiento ético en cada ámbito de nuestra vida pública. Mucho más en estos tiempos, en donde desde el Estado Nacional y desde las usinas de la comunicación se pretende bastardear y tergiversar la lucha de más de 40 años emprendida por los Organismos de Derechos Humanos y la sociedad argentina en su conjunto».
Posteriormente Camogli hizo público un documento al que titula «Crónica de un cinismo literario» que se transcribe más abajo.
De su lado, en las redes sociales, Teura Roja expresó: «Me voy triste de ese lugar, pero con mis convicciones que son la riqueza de mi vida».
La premiación a Moreyra convocó a organismos de derechos humanos que próximamente se expresarán al respecto, en tanto la organización Artistas Visuales Autoconvocados emitieron un comunicado en el que expresan su apoyo a la decisión de los escritores que renunciaron a la Sadem, «quienes con su renuncia están haciendo público un ejercicio de memoria en reconocimiento a las 30 mil personas desaparecidas durante la dictadura cívico militar, acto que nos parece necesario y oportuno en momentos donde se plantea el negacionismo desde medios de comunicación masiva y hasta desde el Estado nacional».
La renuncia de una víctima del terrorismo de estado
Roberto Parodi, farmaceútico, escritor y ex preso político de la dictadura y hermano de Manuel Parodi, asesinado en la Masacre de Margarita Belén, dice textualmente en su renuncia:
Posadas, Misiones, 25 de junio de 2018.
AL Sr. Presidente de la SADE-M.
Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones.
Sr. Aníbal Silvero.
Por medio de la presente me dirijo a Ud. a los efectos de presentar mi renuncia con carácter de indeclinable como socio y como Tesorero de la institución que Ud. preside y de la cual formo parte.
Motivo de la misma es la presencia en la nómina de socios de la institución de un “Agente de Reunión” del Batallón 601 durante la Dictadura del año 1976, Marcelo Moreyra, (dato CERTIFICADO por el Archivo Nacional de la Memoria), con el agravante de ser uno de los homenajeados en el acto del 22 de junio del presente año en la Cámara de Representantes de la provincia y a propuesta de la propia SADEM.
Como se sabe en el ámbito de la Justicia, ese organismo del Estado recababa información mediante el espionaje clandestino a la población y a su vez, daba sustento al accionar de los grupos operativos de la represión ilegal que llevaban adelante acciones que la Justicia ya juzgó en forma inapelable como delitos de LESA HUMANIDAD.
Debo decir que, como miembro de la Comisión Directiva de la SADEM, di mi consentimiento a la lista de homenajeados planteada por Ud. en su momento, confiando en la mejor opinión que tengo de su persona y manifestando a mi vez el desconocimiento de las personalidades que conformaban dicha lista. Pero también debo manifestar mi enorme sorpresa, desencanto y malestar al enterarme del historial de uno de ellos, con posterioridad al Homenaje.
Otro aspecto que me llena de tristeza es el hecho de que es de su conocimiento que fui uno de los perjudicados por la dictadura que me mantuvo preso durante dos años y seis meses haciendo trizas mis ilusiones estudiantiles, además de asesinar a mi hermano Manuel en los hechos reconocidos, ya castigado por la justicia, como la “Masacre de Margarita Belén”, amén del sufrimiento de mi familia y de la sociedad toda.
Otro tema que me resulta intolerable es exponer a la SADEM y a la Cámara de Representantes de la provincia a una situación sumamente delicada, a contramano de los esfuerzos de todos nosotros, por colocar a la SADEM y a los escritores de toda la Provincia en la mejor opinión de toda la ciudadanía. Más aún, a sabiendas de que existían antecedentes con la misma persona en otros ámbitos literarios.
Por otra parte, quiero manifestarle que el argumento del conocimiento personal y una amistad de larga data y la pretensión de escindir la actividad literaria, (que en este caso no es cuestión), de la vida de los individuos en sociedad es por lo menos simplista y para mí inaceptable.
Pienso, además, que la actitud por parte del premiado, de homenaje a la Amistad y al proceso de fortalecimiento de la SADEM, debió ser el de abstenerse para no generar impedimento alguno.
Finalmente, y en vista de los comentarios vertidos por los miembros de la Comisión Directiva de la SADEM con posterioridad a este inesperado y desagradable hecho, no guardo ninguna expectativa por que los hechos que causan mi renuncia se reviertan.
Sin otro tema y con profunda tristeza aprovecho la oportunidad para despedirme de Ud.
Roberto Parodi Ocampo
Otro escritor, otro repudio
El licenciado en Filosofía y Letras, escritor y también ex preso político de la dictadura, Alejandro Rodríguez, se solidarizó con Camogli, Roja y Parodi en una entrevista en el programa Contala como quieras, durante la cual recordó la presencia y participación de Marcelo Moreyra en el Campamento Cultural de la Zona Norte, fundado por el Subsecretario de Cultura de la Provincia, Julio César Vázquez, en la década de los 90.
Rodríguez mencionó su sorpresa e indignación cuando supo de la pertenencia de Moreyra a la inteligencia del Batallón 601.