Que paguen los que la fugaron
Mirta Botzman.
Como era de esperar siguen las discusiones sobre la propuesta presentada por el bloque de senadores del Frente de Todos para tratar de hacer pagar los impuestos que corresponden a los evasores y fugadores seriales. A medida que pasaron los días fue quedando más claro quien defiende a quienes. Por un lado quedó la oposición de derecha, aglutinados en Cambiemos, Cambio, Pro o como se llamen quienes sin ponerse colorados dicen que no van a apoyar un blanqueo kirchnerista después de haber votado sin fisuras el blanqueo macrista llevado adelante para blanquear a los amigos y familiares fugadores con el tramposo y rimbombante nombre de “Reparación histórica para los jubilados” por el que terminaron engañando a muchos y muchas jubilados y jubiladas que hacían juicios por sus ingresos y por esa mentira desistieron de seguir litigando.
Mas sorpresiva, aunque en realidad no tanto, fue la posición de la izquierda trostskista que después de hacer campaña diciendo que la deuda la paguen los que se beneficiaron y la fugaron, ahora consideran que no es necesario sancionar una ley y que ellos no aprueban ninguna ley destinada al pago del FMI. Una pena realmente que siempre terminen votando con la derecha.
Por otro lado, gran parte de los movimientos sociales, sindicales y políticos que se opusieron al acuerdo con el FMI apoyan la creación del «Fondo para la Cancelación de la Deuda con el FMI» impulsada por senadores y senadoras del Frente de Todos. Esta semana, referentes gremiales de diferentes sectores fueron al Senado para expresar su acompañamiento a la ley que involucra a las personas que tengan bienes fugados y que no están declarados ante el fisco.La semana pasada, a 40 años de la protesta histórica que reclamó “Paz, Pan y Trabajo” durante la dictadura militar y que precipitó el desembarco en Malvinas ordenada por el borracho de Galtieri para salvar la dictadura, referentes de sindicatos de todo el país, mayormente no representados en la CGT, difundieron un documento en el que sostuvieron que el acuerdo con el FMI lo tienen que pagar quienes fugaron dinero durante el macrismo.
El diputado y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, que encabeza las firmas junto al líder de Camioneros, Pablo Moyano, y de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, indicó que “es fundamental poner en la mira al parasitismo financiero que, además de especular, lo hace evadiendo impuestos, lavando dinero, cometiendo ilícitos de distinto tipo. Son delincuentes de guantes blancos. Me parece excelente, agregó, que haya una iniciativa parlamentaria para generar un instrumento legal que permita caer sobre ellos, para que con esos recursos mal habidos se pueda engrosar parte del pago de la deuda. No queremos que sean los asalariados los que paguen, como lo que vimos en la década del ’90. Es un criterio de justicia” remarcó.
Desde los movimientos sociales también acuerdan con la iniciativa. La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), una de las organizaciones que se movilizó para rechazar el acuerdo, considera que es importante para que no recaiga en los sectores populares. El referente nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), Agustín Sánchez, dijo: Por supuesto, acordamos que la deuda la paguen los que fugan guita o tienen plata afuera del país”.
Los diputados y diputadas del Frente Patria Grande, que tienen como referente nacional a Juan Grabois y que en la votación se abstuvieron, consideran que el proyecto implica “justicia impositiva y social”. El legislador Federico Fagioli dijo que su espacio va a trabajar para que el proyecto salga. Se descuenta el apoyo de todos los diputados que se abstuvieron o votaron en contra del acuerdo.Por su parte el presidente sigue reuniéndose con gobernadores, CGT y empresarios por la inflación y no pronunció palabra sobre el proyecto de ley que presentó su espacio político en el Senado para pagarle al FMI con la recuperación de dinero fugado. Tampoco hubo pronunciamiento formal de ningún alto funcionario del Ejecutivo sobre el proyecto. Solo un tuit de la portavoz Gabriela Cerruti que comunicó el visto bueno a la iniciativa, y un posterior retuit presidencial.
El congelado diálogo interno del FDT sigue por iguales carriles y aquí un solo comentario para no equivocarnos… el hielo no se debe a problemas personales o de características personales, sino que responde a diferencias políticas ideológicas que bifurcan los caminos y hace difícil encontrar el sendero común. La discusión sobre la distribución del ingreso no es por personalidades más o menos caprichosas, tiene que ver con concepciones sobre el que hacer.
Mientras tanto la derecha aprovecha para ir instalando otro tema sumamente peligroso y que es la propuesta de la dolarización de la economía, con argumentos muy falaces.El proyecto para dolarizar la economía reemplazando la moneda nacional por el dólar estadounidense fue presentado por el diputado puntano Alejandro Cacace del bloque Evolución Radical con referentes del espacio como los diputados Martin Tetaz, y Emiliano Yacobitti y el senador Martín Lousteau que es quien por un error cometido por él mismo en la fórmula para estimar las retenciones móviles generó un conflicto todavía irresuelto con los productores agropecuarios. Todos tienen al Coti Nosiglia como cabeza inspiradora.
La propuesta produjo las críticas no solo del resto de los espacios políticos, sino incluso de referentes del propio radicalismo. Entre ellos, del presidente del partido radical y carcelero de Milagro Sala, Gerardo Morales, el que manifestó: “Rechazo terminantemente el payasesco proyecto presentado por un diputado de Evolución. Hay que ser irresponsable e ingenuo por no decir otra cosa, para plantear que la dolarización es la salida. La dolarización es peor que la convertibilidad”. Creo que es la única vez que tendré una coincidencia con Morales. La dolarización para controlar la inflación es como cortarle la pierna a alguien que se golpeó la uña del dedo gordo.
Un informe del Centro R.A., liderado por el diputado Emiliano Yacobitti, que funciona en el ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires sobre la propuesta de dolarización sostiene que ante una hipotética implementación del sistema, se debería aplicar una devaluación sin precedentes y el dólar superaría los $ 4.000. Además, alertó por la “quita de facultades al Banco Central (BCRA)”.
.»Con la cantidad de dinero circulante y de pasivos del BCRA, dolarizar la economía con el nivel actual de reservas netas implicaría valuar salarios y precios a un tipo de cambio aproximadamente como mínimo agrego yo, de $4315 por dólar», estima la investigación de la UBA. En ese sentido, aseveró: «Caso contrario habría que pedir prestados u$s 41.000 millones para dolarizar a un tipo de cambio de $200 y luego devolverlos».
Según el informe de la UBA, «el riesgo principal de dolarizar es que se pierde el prestamista de última instancia (desaparece el BCRA)». Y agregó: «La principal función de un Banco Central es preservar el valor del dinero (léase, inflación baja) y garantizar la liquidez necesaria al sistema bancario».Es decir que estos diputados no desconocen lo terrorífico que están proponiendo, igualándose con Milei, diría entonces para ser benévola que son unos irresponsables infantiles a quienes el cargo de representantes del pueblo les queda enorme.
Adoptar la moneda norteamericana implica renunciar a la soberanía monetaria y conseguir el acompañamiento y la aprobación de la Reserva Federal de Estados Unidos para actuar como prestamista de última instancia, en el caso de producirse alguna corrida bancaria. Parece francamente difícil de pensar que la Reserva Federal esté dispuesta a hacerse cargo de este país, ni como una estrella más de su bandera.
Para sintetizar algunas de las críticas más importantes que pueden formularse a la adopción de un régimen de dolarización de la economía nacional podemos señalar:En primer lugar, la pérdida de la soberanía monetaria y consecuentemente la imposibilidad de que el Banco Central a través de la política monetaria, financiera y cambiaria pueda incidir sobre el ciclo económico. Por ejemplo, no se podrían tomar todas las medidas adoptadas por el gobierno por la pandemia, desde la compra de vacunas al IFE y ATP, entre otras. Al mismo tiempo, quedaría cristalizada una distribución del ingreso aún más regresiva que la actual, en la cual los salarios y las jubilaciones tienen atrasos superiores al 20% en relación con los existentes a fines del 2015.
En segundo lugar, la oportunidad en que se plantea la medida, dejando atada la economía nacional a una moneda, el dólar, que ya no goza de la confiabilidad mundial, y cuyo liderazgo como moneda de cambio en el comercio internacional está siendo puesta en duda mediante la creación de espacios de intercambio por fuera de dicha moneda.
En este momento además la economía estadounidense está registrando una creciente inflación a raíz de la crisis del Covid y la guerra y el consiguiente aumento en el precio de los commodities agrícolas y la energía. También juega en contra de esas fantasías que la Reserva Federal, que recordemos es el banco central de Estados Unidos para combatir esa inflación está en proceso de subir las tasas de interés.
Más allá de todas las consecuencias que podamos enumerar, es proponer convertirnos en una colonia atada de pies y manos. Basta mirar el espejo de la economía ecuatoriana que Correa ni aún en la etapa más potente de la década ganada por los gobernantes progresistas de América Latina y sin entrar en detalles, ni con la ayuda de todos, pudo sacarse el corset de la dolarización lo que lo limitaba enormemente para tomar decisiones en beneficio de su pueblo,
Para terminar un breve comentario sobre la inflación, la distribución del ingreso y las medidas del gobierno. En la noche del martes el gobierno terminó una reunión más con la UIA, en realidad con su presidente puesto por Techint, un abogado lobista en contra de los trabajadores, la cúpula de la CGT y por el gobierno fueron el ministro Kulfas, el ministro Guzman y el ministro de trabajo Moroni quien hace un tiempo señaló que el salario digno es el que se puede pagar y ahora dijo que los salarios están muy bien en relación a la inflación. Creo que la mayoría del pueblo argentino vivimos en un país diferente que él.
Ahora, de acuerdo a los datos del INDEC, sucede algo nunca visto en democracia, y es que un gran sector de los trabajadores formales no supera con sus salarios la línea de pobreza y muchos aún con dos trabajos en blanco o registrados no lo logran. El magro bono de $6000 para las jubilaciones mínimas y la ausencia de una medida contundente para aliviar a los trabajadores las consecuencias de la cuota de inflación provocada por la guerra y que afecta a todo el planeta, deja fuera del mercado a una enorme cantidad de compatriotas.
Claramente no alcanza con decir que se van a adelantar las paritarias, esas son negociaciones que pueden ser muy buenas, pero llevan tiempo y Moroni no fue capaz en dos años de empujar las paritarias para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Una enorme cantidad de compatriotas está pasando literalmente hambre ahora y por eso aumenta tanto la conflictividad social. No se trata de culpar a los pobres por la conflictividad, el gobierno tiene la obligación de generar las soluciones, tiene el poder del Estado y debe ejercerlo para proteger los más débiles.
El gobierno se volvió a perder una excelente oportunidad de resarcir en parte al pueblo y demostrar la vocación de ser fuerte con los fuertes en lugar de con los débiles. Como dijo hace unos días la vicepresidenta no se trata de ser buenos o malos, se trata de intereses, es imperioso defender los intereses de las mayorías.
La economista Mirta Botzman nos propone una mirada nacional, popular y democrática de la economía nacional e internacional, todos los jueves, a las 7,30, en su columna Cuentas Claras en el programa Contala como quieras, en La 99.3.