domingo, noviembre 24, 2024
Misiones 2

Redes de trata, poder, fútbol y TV

Hace algunos días tomó estado público la existencia de una red de abuso y prostitución infantil en el Club Independiente. Los captadores actuaban reclutando a los menores que viven en las pensiones y que juegan en las inferiores, vinculándolos con adultos.

Los otros clubes señalados son River Plate y Témperley, donde al parecer funcionan las mismas redes de trata. Muchas personas han sido denunciadas como “clientes” de la red de prostitución infantil, entre ellas personalidades del mundo del espectáculo, famosos periodistas y políticos.

Inmediatamente la noticia escandalosa se transformó en un show mediático que se trasladó a la mesa de Mirtha Legrand, programas de chimentos, noticieros y páginas de diarios. La caza de brujas comenzó, y el lente distorsionador de la TV hace sus efectos. Vuelve mercancía un drama social, reduce la empatía de los televidentes ávidos de conocer los “nombres” de famosos salpicados por semejante denuncia.

Solo se nos vuelve inteligible una pequeña porción de lo que son las redes de trata, a las que siempre creímos como parte un submundo que no vemos, y nos deja atónitos cuando nos enteramos que funcionan frente a nuestras narices.

Mas allá de las responsabilidades concretas de quienes estén involucrados y que la justicia deberá indagar, esta forma de leer las redes de abuso y prostitución infantil que nos exponen los medios de comunicación hegemónicos, es una “pedagogía pornográfica” que nos educa para tener una mirada alienada, objetificante y fetichizadora sobre el cuerpo. Una pedagogía de la crueldad funcional a esta etapa rapiñadora del capitalismo.


(AnRed) El escándalo de los abusos sexuales a jóvenes futbolistas de las divisiones inferiores excedió a Independiente, el club en el que se hizo la primera denuncia. La Justicia investiga ahora si hubo hechos similares contra jugadores juveniles de Temperley y River Plate, entre otros.

Muchas personas han sido denunciadas como “clientes” de la red de prostitución infantil, entre ellas personalidades del mundo del espectáculo, famosos periodistas y políticos. Inmediatamente la noticia escandalosa se transformó en un show mediático que se trasladó a la mesa de Mirtha Legrand, programas de chimentos, noticieros y páginas de diarios.

Las denuncias de los jóvenes víctimas de las redes de abuso infantil, son apenas la punta de un iceberg de un problema social que no alcanzamos a dimensionar. Siempre pensamos que las redes de trata funcionan en un submundo como desviaciones de “formas decentes” de vivir en sociedad. Sin embargo, las redes de trata estan insertas en el tejido social y actúan en connivencia con las instituciones del estado y la sociedad civil. Proxenetas y abusadores no son seres anómalos, son parte de nuestras sociedades modernas.

El problema surge cuando nos enteramos de la exitencia de tales redes, pero la forma en la que somos informados de los hechos no nos permite pronfundizar en el análisis y entender porqué suceden.

La espectacularización que los medios de comunicación hegemónicos hacen sobre el tema no es inocente. Desde hace varios días el tema está presente en los principales progamas de TV y ocupa hojas en los diarios, pero su tratamiento lejos de invitarnos a reflexionar nos vuelve espectadores entrenados para tener una mirada alienada, objetificante y fetichizadora sobre el cuerpo.

Los cuerpos consumidos en las redes de trata son objetos de uso. El acceso sexual pasa a tener la connotación de “profanación y apropiación”. El cuerpo pasa a ser no solamente un territorio accesible, sino también expropiable y objeto de rapiña.

A esta forma de informar que tienen los medios de comunicación hegemónicos la antropóloga argentina Rita Segato lo llama pedagogía de la crueldad: “No es que el ojo del público sea cruel y rapiñador, sino que se lo enseña a despojar, a rapiñar, a usar los cuerpos hasta que queden solo restos; es una pedagogía porque ese público está siendo enseñado”.

Segato señala que estamos en una fase del capitalismo al que le interesa tener sujetos no sensibles, sin empatía. Y esta etapa, donde el enriquecimiento y la acumulación se dan por despojo, donde el mercado es global; en esta abolición de lo local, que es la abolición de las relaciones interpersonales, de la propia empatía; es necesario entrenar a los sujetos para esa distancia, para esa crueldad, para la no identificación de la posición del otro y la no relacionalidad. Esa pedagogía de la crueldad es funcional a ésta fase del capital.

Estamos siendo educados para soportar las redes de trata y explotación sexual infantil, ya que para los dueños del mundo resulta un show mediático que les permite acumular poder económico y político, mientras que para muchos representa el despojo y la rapiña sobre la vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *