«Tras siete meses de inactividad laboral el problema económico es catastrófico», aseguró Gastón Jilek, presidente de la Asociación Misionera de Proveedores y Organizadores de Eventos (AMPROE).
«En la provincia son 2500 familias que viven de los eventos. Muchas empresas del rubro han quebrado por no poder sostenerse sin la ayuda del Estado provincial y nacional. Por ejemplo, de 162 peloteros en la provincia sólo quedaron 2», afirmó Gastón Jilek en La 99.3.
En el día de ayer el diputado Isaac Lenguaza presentó ante la Legislatura provincial un pedido para que se abra una mesa de diálogo para tratar la problemática «desde otro punto de vista. Esto traerá la profesionalidad de los eventos clandestinos porque si no se da un protocolo de bioseguridad es inviable que se hagan los festejos», finalizó Jilek.