(Carlos Resio) Pensando algunos rasgos de nuestro gobierno provincial, cada vez mas evidentes y de los que hablaremos hoy, menté la frase del título de esta columna, robada de la película Tango Feroz y recordé un episodio de nuestra historia nacional reciente que tuvo como protagonista a María Julia Alsogaray. Asociación libre.
María Julia, había sido nombrada en 1991 por Caros Menemal frente de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano y prometía sanear el Riachuelo en 1000 días. Fue en un programa de Susana Giménez, no lo pude encontrar, cuando explicó con total naturalidad que aquellos que buscaban comida y cosas para vender entre la basura podían desarrollarse como emprendedores porque el mercado les daría la posibilidad de monetizar su cosecha de latas. En cada lata tirada en la calle verían una moneda y no ya la lata sin valor, decía, ante la entusiasmada mirada de Susana. El valor monetario de las cosas sería su escalera al cielo. Claro que no contó que ya tenía arreglado con Manliba la mejora de contratos y evitarle la competencia de los emprendedores que buscaban latas.Manliba era la empresa de limpieza urbana que la familia Macri supo crear en tiempos de la dictadura
Esta visión de María Julia, la de monetizar lo referido a lo medioambiental, sigue siendo la visión de un capitalismo de la desaforada avidez que ensucia con el olor de los billetes hasta el aire que respiramos. Siempre en este proceso se nos dice que los beneficios serán para todos y que los veremos muy pronto, como se le decía al recolector de latas.
En estos días el gobierno provincial anunció la creación, con rango de ministerio, la secretaría del Cambio Climático. El objetivo, según se expresó, es la de poner a la provincia en el camino de los acuerdos sobre cambio climático de París de 2015 que reemplazan al acuerdo de Kioto y comenzarían a regir a partir de 2020. Este acuerdo establece la obligación de los países firmantes a reducir las emisiones de efecto invernadero hasta lograr objetivos establecidos.La idea no está mal en sí. Lo que vale es la intención dice el dicho. Pero ¿cuál es la intención?
Comencemos por saber que quien propone la creación de la secretaría es el presidente de la cámara de representantes quien sigue guiando al ejecutivo en la correcta senda creándole secretarías ministerios y nombrando funcionarios. Durante la presentación del proyecto, el conductor volvió a sacar a luz un abanico de palabras rimbombantes, el primer puesto en este rubro entre las provincias argentinas, el misionerismo y su conocimiento de temperaturas y diversidad de gases de efecto invernadero. Hay que decir que el gobierno nacional cuenta con un gabinete sobre Cambio Climático en el ministerio de medioambiente dirigido por Juan Cabandié. Hasta aquí nada que objetar salvo que un esfuerzo de este tipo solo puede tener resultado si los 195 países firmantes van en el mismo sentido, sobre todo los países desarrollados que son los que explican el 60 % de la emisión de gases de efecto invernadero. Lo de Misiones es solo una actitud de buena voluntad, lo que no está mal, ya que poseemos los últimos vestigios de la selva paranaense y preservarla en el sentido del acuerdo aporta valor simbólico. Las dudas aparecen cuando avanzamos en el proyecto y empiezan a nombrarse el mercado de bonos de carbono, monetización de bienes naturales y la necesaria intervención de intermediarios para la negociación de dichos bonos. Hay ejemplos en África, mas precisamente en Uganda, donde una empresa alemana especializada en estos negocios se hizo con la concesión de una reserva boscosa en la que por unos pocos euros y con el vago compromiso de forestar se queda con la venta de bonos de carbono y la explotación maderera. Para lograr ventajas presionó al débil gobierno Ugandés y logró mayores concesiones en detrimento de las comunidades que habitan el área. Tales son las características de este mercado que ve monedas en lugar de árboles tal como lo proponía María julia.
Si la implementación de este proyecto estuviera en manos de un gobierno que ponga en discusión pública los detalles quizá se verían despejadas las dudas pero sabemos que no es el caso y menos cuando llegamos al punto en que se devela el nombre de quien estará a cargo. Se trata de Patricio Lombardi quien al presentarse expresó, “hay que empezar a ponerle valor a la biodiversidad argentina”. Otra vez el concepto neoliberal de que todo puede ser vendido y todo puede ser comprado sin importar lo que se afecte. El nuevo ministro trae algunos antecedentes que refuerzan esta idea. Durante el gobierno menemista fue funcionario en el servicio exterior y luego de radicarse en EEUU cumplió funciones al servicio del gobernador de La Florida,Jef Bush. Dime con quien andas. Entre las ideas expresadas por el nuevo ministro están la de ofrecer servicios “ecosistémicos”, la creación de un bitcoin verde mezclado con el hecho de que él mismo es vegetariano. Suena a sarasa.
No es mi intención dar la noticia ya que de esto se habló la semana pasada en este programa sino de señalar que, nuevamente, el gobierno renovador recurre a ideas implantadas para desarrollar nuevos negocios, quizá por la disminución de obra pública, siempre disfrazados de ideas extrañamente innovadoras, disrruptivas, palabra favorita del conductor, y con un maquillaje atractivo para los amantes de la modernidad a cualquier precio.
Esta designación, parece seguir una línea similar a la incorporación del ministro de educación, quien fue asesor de Miguel del Sel y su ministro en caso de haber gobernado Santa Fé. Sabemos quien es Miguel del Sel y de que proyecto formó parte. El ministro Miguel Sedoff también es portador de palabras novedosas como Firstdisruptive High School en Argentina y Steam:Sciencetechnologyengineeringartsmathematics, les encanta. Ideas trasplantadas a una provincia cuyo sistema educativo está prendido con alfileres y hace agua por los cuatro costados.
La idea de convertir a la provincia en una unidad de negocios para unos pocos no es ninguna novedad en el ciclo renovador.También tenemos la monetización del agua del acuífero guaraní, no tan clara como el agua clara. El tema es saber si la sociedad misionera está dispuesta a admitir su profundización o se dispondrá a dar a la provincia un rumbo de verdadero desarrollo en el que estén incluidas las mayorías y el valor de los bienes naturales se base en que son un legado que debemos preservar y no existe ningún precio que lo transforme en mercadería transable.Nuestro efímero paso por la tierra no nos da el derecho de consumirnos hasta la última miga antes de irnos y es nuestro deber mantener un ambiente sano que ofrezca condiciones de disfrute y de desarrollo armónico y sustentable de las comunidades que en él habitan y para las generaciones que vendrán y no de convertirlo en bitcoins verdes. Todo no se compra, todo no se compra.
Para analizar, reflexionar y debatir el ideario del Manifiesto Argentino, Carlos Resio, integrante de la Mesa Ejecutiva de la organización que conduce Mempo Giardinelli, comparte propuestas de la agenda pública en su columna semanal de cada miércoles, a las 7,30 en el programa Contala como quieras, en La 99.3